Usar chanclas durante muchas horas seguidas puede parecer cómodo y conveniente, especialmente en climas cálidos o en situaciones de relax, como la playa o la piscina. Sin embargo, este tipo de calzado puede causar varios problemas de salud. Las chanclas, en general, ofrecen muy poco soporte para el arco del pie y no proporcionan la estabilidad necesaria para una caminata prolongada.
La falta de amortiguación adecuada puede llevar a dolores en el pie, tobillos y hasta en la espalda. Además, al tener que sujetar las chanclas con los dedos del pie, la marcha natural se ve alterada, lo que puede provocar tensión adicional en los músculos y ligamentos. ¿Te gusta llevar chanclas durante el verano? Descubre las razones para ser prudente al usarlas.
3Riesgo de lesiones por falta de estabilidad, otra consecuencia de usar chanclas
Las chanclas no ofrecen la estabilidad que otros tipos de calzado pueden proporcionar. Esto aumenta el riesgo de torceduras de tobillo y caídas, especialmente en terrenos irregulares.
La estructura abierta y suelta de las chanclas también puede hacer que los pies resbalen fácilmente fuera del calzado, incrementando el riesgo de heridas y raspaduras. Esta inestabilidad es particularmente peligrosa en actividades que requieren movimientos rápidos o cambios de dirección.