Ana Crespo, presidenta de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (RAC), ha calificado de «muy alarmante» el caso de las presuntas malas prácticas del rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, en sus investigaciones.
Crespo considera que el informe del Comité Español de Ética de la Investigación, que concluyó que Corchado podría haber vulnerado las buenas prácticas científicas, está «muy ponderado» y se muestra «absolutamente de acuerdo» con sus conclusiones. Este caso pone de manifiesto la importancia crucial de la ética en la investigación científica. La comunidad científica tiene la responsabilidad de mantener los más altos estándares éticos para garantizar la integridad y la credibilidad de la ciencia.
«Los problemas en relación con la ética de la ciencia sabemos que son puntuales, hemos de mirarlos como tal. Hay que aislar los problemas y analizarlos y si te parecen alarmantes decir me parecen alarmantes», ha indicado la presidenta de la Real Academia de las Ciencias.
El legado de Cajal y la importancia de la ciencia en el gobierno
En otro orden de cosas, Crespo celebró la creación del Museo Cajal en Madrid. Un merecido homenaje a uno de los científicos españoles más importantes de la historia. Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, fue un pionero en el estudio del sistema nervioso y sus descubrimientos sentaron las bases de la neurociencia moderna.
Crespo ha destacado la importancia de «saber dónde está el talento» y ha recordado que Cajal ya era miembro de la Real Academia de Ciencias cuando recibió el Premio Nobel. La creación del Museo Cajal no solo servirá para difundir su legado, sino también para inspirar a las nuevas generaciones de científicos.
«Aquí, en esta Academia, incluso hoy hay personas a las que le pueden dar el Premio Nobel. Saber que Cajal era un gran científico cuando era un profesor joven y se le distinguiera con el nombramiento de académico de número de esta casa para nosotros es un orgullo», ha señalado Crespo.
En relación a la propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de crear la figura del asesor científico en cada ministerio, Crespo la ha calificado como «una cosa interesante». La integración de la ciencia en la toma de decisiones políticas es fundamental para afrontar los retos del siglo XXI. La evidencia científica debe ser la base de las políticas públicas en áreas como la salud, el cambio climático o la energía.
«Todo lo que sea que la sociedad civil y en el caso concreto de la sociedad científica se sienta integrada es muy bueno. Y también es muy bueno que el científico vea que gobernar no es una cosa sencilla, que también hay que priorizar como se hace y que no solo existe lo que tú mejor conoces, sino también adquirir perspectivas de conjuntas», ha concluido Crespo.
La presencia de asesores científicos en los ministerios puede contribuir a mejorar la calidad de la toma de decisiones y a acercar la ciencia a la ciudadanía. Es necesario que la sociedad comprenda la importancia de la ciencia y la innovación para el progreso social y económico. La inversión en ciencia es una inversión de futuro.