El Banco de España ha constatado una notable mejora en la situación financiera de los españoles durante el primer semestre de 2024, a pesar de ciertos indicios de pérdida de riqueza. Las familias han experimentado un incremento significativo en sus rentas, impulsado por un sólido crecimiento económico y un mercado laboral robusto que ha elevado los salarios y la creación de empleo. Este aumento en las rentas ha llevado a una reducción en la carga financiera de los hogares, cuya tasa de ahorro ha superado su media histórica, alcanzando el 14,2% en el primer trimestre.
Además, la disminución en el coste de financiación hipotecaria, derivada de la bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, ha contribuido a un menor endeudamiento de las familias. A pesar de la revalorización de activos financieros y la sólida inversión en bienes duraderos como viviendas y depósitos a plazo fijo, se observa un descenso en la participación de efectivo y depósitos en la cartera de activos líquidos.
Aunque la riqueza financiera de los hogares ha alcanzado niveles récord, impulsada por la revalorización de activos, la deuda consolidada de familias y empresas no financieras ha mostrado un ligero descenso, situándose en 1,63 billones de euros en el primer trimestre de 2024. Este panorama sugiere una mejora en la capacidad financiera de los hogares españoles, a pesar de enfrentar desafíos como el incremento en préstamos problemáticos, principalmente en el sector de crédito al consumo.
La economía doméstica española muestra signos de fortaleza y estabilidad financiera, respaldados por un aumento en los ingresos familiares y una reducción en la carga de deuda, aunque con ciertos puntos de atención en la calidad crediticia de los préstamos. Este contexto sugiere un panorama mixto de mejoría y retos para las finanzas de los hogares españoles en el primer semestre de 2024.
Crecimiento de rentas y reducción de deuda, según el informe del Banco de España
El mercado laboral ha impulsado significativamente los ingresos de los hogares españoles durante el primer trimestre de 2024. El aumento sustancial en la creación de empleos y los salarios más altos han contribuido directamente a un incremento notable en las rentas familiares. Esta mejora se refleja no solo en un mayor poder adquisitivo, sino también en una reducción considerable de la carga financiera que enfrentan muchas familias.
El crecimiento de las rentas familiares ha sido acompañado por una marcada disminución en la deuda consolidada de los hogares. En comparación con el mismo período del año anterior, la deuda se ha reducido en un 2%, alcanzando un total de 681.000 millones de euros a principios de 2024. Este descenso se ha visto favorecido por las condiciones favorables del mercado laboral, que han permitido a las familias manejar mejor sus finanzas y reducir sus obligaciones financieras.
La sólida expansión del empleo ha sido uno de los pilares clave detrás del aumento de las rentas familiares. Con más españoles incorporándose al mercado laboral y encontrando empleos mejor remunerados, la capacidad de las familias para generar ingresos se ha fortalecido notablemente en el último año. Esta tendencia ha sido crucial para mejorar no solo el bienestar económico de los hogares, sino también su capacidad de ahorro.
Además del incremento en los ingresos, la disminución de la carga financiera de los hogares ha sido evidente. La combinación de salarios más altos y una menor deuda ha aliviado significativamente las presiones financieras que muchas familias enfrentaban anteriormente. Esto se traduce en una mayor estabilidad económica y en una capacidad mejorada para enfrentar posibles fluctuaciones económicas.
La reducción en la deuda de los hogares españoles ha sido un reflejo directo de las condiciones positivas del mercado laboral. A medida que más personas encuentran empleo y experimentan aumentos salariales, la necesidad de recurrir a préstamos para cubrir gastos cotidianos ha disminuido. Este fenómeno indica una mejora general en la gestión financiera de las familias y una mayor confianza en su capacidad para manejar sus finanzas de manera sostenible.
El impacto del mercado laboral se ha extendido más allá del aumento de ingresos, abarcando también una reducción en la dependencia de la deuda entre los hogares españoles. Esta transformación financiera ha sido fundamental para fortalecer la posición económica de las familias y para asegurar un futuro más estable en términos financieros.
El fortalecimiento del mercado laboral ha sido crucial para impulsar tanto los ingresos como la capacidad de ahorro de las familias españolas. Con un mayor número de personas empleadas y salarios en ascenso, las familias han podido no solo aumentar sus rentas, sino también reducir activamente su deuda, marcando así un cambio significativo en sus balances financieros.
La mejora en las rentas y la reducción de la carga financiera de los hogares durante el primer trimestre de 2024 reflejan el impacto positivo de un mercado laboral dinámico y saludable. Este entorno ha proporcionado a las familias españolas los medios necesarios para no solo incrementar sus ingresos, sino también para gestionar de manera más eficiente sus obligaciones financieras, allanando el camino hacia una mayor estabilidad económica a largo plazo.
Riqueza financiera record y desafíos crediticios
La riqueza financiera de las familias españolas alcanzó un hito histórico al crecer un 9,77% en el primer trimestre de 2024, superando los 2,1 billones de euros. Este incremento récord se fundamenta en el aumento de activos como dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta, que en conjunto ascendieron un 6,68% respecto al año anterior, alcanzando los 2,88 billones de euros. A pesar de este crecimiento sustancial, la proporción de activos financieros netos en relación con el PIB disminuyó ligeramente a 194,8%, lo que representa una caída de 0,9 puntos porcentuales respecto al año anterior, atribuida exclusivamente al crecimiento económico.
El efectivo y los depósitos constituyen la mayor parte de los activos financieros de los hogares españoles, representando el 37% del total, seguido por las participaciones en el capital con un 30%, los fondos de inversión con un 16%, y los seguros y fondos de pensiones con un 13%. Notablemente, las participaciones en fondos de inversión han aumentado su peso en un punto porcentual en comparación con el año anterior, mientras que el peso del efectivo y los depósitos ha disminuido en dos puntos porcentuales.
En contraste con la fortaleza en la acumulación de activos, la situación crediticia de las familias y empresas muestra un ligero descenso en la deuda consolidada, la cual totalizó 1,63 billones de euros en el primer trimestre de 2024, marcando una reducción del 1,1% interanual. Esta disminución contribuyó a que la ratio de deuda respecto al PIB se moderara desde el 119,3% hasta el 110,1% en el mismo período.
Las empresas experimentaron una reducción en su deuda consolidada desde los 952.400 millones en el primer trimestre de 2023 a los 948.800 millones en marzo de 2024, representando el 64,1% del PIB frente al 69% del año anterior. Al considerar la deuda entre empresas, la ratio se situó en un 81,1%, por debajo del 88,5% de un año atrás. Por su parte, la deuda de los hogares se redujo de 695.800 millones a 681.500 millones en el mismo período, con una ratio de deuda respecto al PIB que disminuyó hasta el 46%, inferior al 50,4% del año anterior.
El Banco de España atribuye la evolución de la deuda consolidada de empresas y hogares a los valores negativos de las operaciones netas acumuladas, con operaciones netas de -19.400 millones de euros en marzo de 2024, lo que representó una caída del 1,3% en términos del PIB. Este resultado refleja una reducción de la deuda empresarial en 8.000 millones y una reducción aún mayor en la deuda de los hogares, con operaciones netas positivas de 11.400 millones, equivalentes al 0,8% del PIB.
En resumen, mientras las familias españolas disfrutan de un aumento significativo en su riqueza financiera, la reducción de la carga de la deuda proporciona una mayor estabilidad financiera. Sin embargo, persisten desafíos, especialmente en un entorno económico volátil, que pueden afectar la valorización de activos y el acceso al crédito, elementos clave para mantener esta tendencia positiva en el futuro cercano.