18 años después Jesús Navas y Southgate se vuelve a ver las caras en una final
Jesús Navas es, sin duda, historia del fútbol español. Así, con 38 años es el único jugador de en activo de nuestra Selección que puede presumir de contar en su palmarés con un Munidal (Sudáfrica 2010), una Eurocopa (Polonia y Ucrania 2012) y una Liga de Naciones de la UEFA (Países Bajos 2023), además de cuatro Europa League, dos en el formato Copa de la UEFA y dos con la nueva denominación.
Ahora, el de Los Palacios se enfrenta ante un nuevo reto, ganar su segunda Eurocopa siendo el jugador más veterano de la plantilla de Luis de la Fuente. Para ello, España tendrá que superar a Inglaterra, una selección dirigido por Gareth Southgate, con quién hace 18 años Jesús Navas coincidiera sobre el césped en la final de la Copa de la UEFA.
Jesús Navas se vuelve a enfrentar a Gareth Southgate
Gareth Southgate y Jesús Navas volverán a verse dentro de un estadio 18 años después de su último encuentro. En aquella ocasión fue con motivo de la final de la Copa de la UEFA de 2016 que enfrentó al Sevilla FC contra el Middlesbrough y ambos todavía eran jugadores en activo. El encuentro cayó de la mano de los hisplaneses, que se impusieron por 0 a 4 a los británicos.
Ahora, el reencuentro se produce con el inglés ya retirado de los terrenos de juego y dirigiendo desde la banda a una selección inglesa que nunca ha ganado una Eurocopa y que lleva desde 1966 sin levantar la Copa del Mundo.
Navas quiere repetir la final de Eindhoven
La final de la Copa de la UEFA de 2006 entre el Sevilla FC y el Middlesbrough se celebró en la localidad neerlandesa de Eindhoven, casualmente el rival al que los ingleses han dejado en el camino del título en semifinales. Ahora, la nueva final tendrá un escenario distinto, Berlín, pero dos de los protagonistas de aquel 10 de mayo repiten.
Como entonces, Jesús Navas espera poder levantar el título cuando se cumplan los 90 minutos reglamentarios de juego dejando de nuevo a Gareth Southgate con la miel en los labios y prolongando la maldición inglesa por, al menos, otros cuatro años.