La venta de vehículos eléctricos no tira desde hace meses, a pesar del crecimiento de dos dígitos. La cuota global de nuevos vehículos no llega ni al 5% debido a los graves problemas de confianza a la hora de recargar las baterías y los elevados precios, mientras el Gobierno de Pedro Sánchez ha esquivado implantar las medidas necesarias para relanzar este sector tras las grandes inversiones realizadas y previstas por las automovilísticas.
Feijóo propone incentivos fiscales, reducción de la burocracia e implantar una red capilar de puntos de recarga para reposicionar al sector de la automoción y poder liderar la transformación energética, más cuando las marcas han comprometido ingentes cantidades de millones de euros en inversión en este cambio en el modelo. Por ejemplo, Seat se ha empleado a fondo en la fábrica de baterías de Sagunto, otorgando un mayor respaldo a la marca Cupra antes que la combustión. Lo mismo ha ocurrido con Renault, Stellantis y otros grupos con su apuesta por el vehículo eléctrico.
LA BAJADA DE IMPUESTOS AL VEHÍCULO ELÉCTRICO
El Gobierno de Pedro Sánchez, no obstante, se ha mantenido ajeno a esta transformación. Toda conversación y negociación entre los fabricantes con el Ejecutivo ha terminado sin acuerdos, sin avances y sin perspectivas de cara al futuro a pesar de los avances de gigante de las automovilísticas. «Van muy por encima de la infraestructura necesaria para la movilidad eléctrica», apuntan fuentes del sector a preguntas de este medio.
Ante esta situación de inmovilismo, Wayne Griffiths procedió a presentar su dimisión al frente de la asociación de fabricantes más grande de España, Anfac, con duras críticas al Gobierno y con el férreo compromiso de liderar esta transformación en el automóvil. Las reuniones con Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, fueron infructuosas, como también con los máximos responsables del área de la transformación energética. El hasta ahora presidente de Anfac se estrellaba contra un muro, pero se marchó dejando la receta a seguir para levantar al sector. No obstante, tenía pendiente una reunión con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, un encuentro que se ha pospuesto por problemas de agenda, pero que ha tenido frutos importantes.
SIN EJECUCIÓN DEL PERTE AL VEHÍCULO ELÉCTRICO
Núñez Feijóo no solo ha comprendido las reivindicaciones de los fabricantes, sino también del serio problema que supone la falta de una infraestructura y una red capilar de puntos de carga. Sea por la lucha entre las grandes energéticas, que poseen dichos puntos de conexión, como la falta de potencia en la propia red, los ‘populares’ tratarán de unificar las leyes autonómicas donde gobiernan para dar un empuje más que necesario a un sector crucial para la economía española.
El sector vive estos días con la «máxima preocupación» debido a la falta de avances en la implatación de los puntos de carga y electrolineras, un problema que tiene solución, pero sin voluntad de resolverlo. Para los de Alberto Núñez Feijóo se trata de un sector estratégico, sometido a una competencia desleal desde China debido a las ayudas estatales recibidas.
Tras tres años del anuncio de los denominados PERTE -proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica-, el 43% del montante continúa sin ejecución. En total, se han anunciado más 8.300 millones para el sector, pero las ayudas no llegan. Una muestra de ello es el plan Moves III, que se está adelantando por parte de los fabricantes a los consumidores debido al retraso en la recepción de las mismas.
RED CAPILAR DE ELECTROLINERAS
Para el PP de Feijóo es necesario reposicionar al sector, pero para ello es necesario una acción decidida y de unidad. Ante la falta de diálogo con el Gobierno central, los ‘populares’ ponen en marcha medidas de unidad en las Comunidades Autónomas donde gobierna, rebajando así el nivel de burocracia para instalar los puntos de recarga y electrolineras, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los conductores, especialmente las familias, para poder moverse por el país.
De esta forma, se insta a agilizar la implantación de los puntos de carga, como ocurre en Portugal, con rebajas fiscales para el sector.
Feijóo ha estado acompañado de su gurú económico, Juan Bravo, quien también ha analizado «el fracaso de las líneas de actuación del Gobierno y el ministerio de Industria para transformar la automoción». La formación política considera necesario la aprobación de una reforma integral para apuntalar el futuro y evitar la pérdida de inversiones futuras.
Además de una reducción de impuestos y más agilidad a la hora de realizar los trámites, el PP ha mostrado su intención de apoyar medidas encaminadas a la mejora de la eficiencia y la reducción del coste energético y adecuar el reto laboral a la nueva movilidad.
INDUSTRIA, ÚNICO INTERLOCUTOR CON EL SECTOR AUTOMOVILÍSITICO
En este sentido, sería el Ministerio de Industria el único interlocutor y directo con los fabricantes, evitando debates estériles con otros Ministerios sin competencia. Todo ello siguiendo los compromisos de descarbonización.
Hasta ahora el sector capea el temporal con la deslocalización ante la falta de ayudas y una pérdida de posicionamiento respecto a Marruecos y Turquía, que esquivan los férreos controles medioambientales de la UE. La crítica situación solo podría solventarse con una apuesta decidida que permita la relocalización de empresas, especialmente en la auxiliar.
Además, del acompañamiento de inversiones, con el foco puesto en las pymes y en la informatización de procesos para recuperar competitividad. Por ahora, el plan deberá materializarse, pero mostrará ciertas carencias debido a que las CC AA no gobernadas por el PP evitarán sumarse al plan, a pesar de las necesidades del sector.