El verano ha comenzado y la intensa agenda de la princesa Leonor se mantiene. La hija de Felipe VI y Letizia, tiene mucho en común con su padre; y bien es conocido por todos que su tendencia es incluso a distraerse y llevar actividades de ocio que son muy del estilo de los Borbón, pero, ¿qué otras cosas hacen más cercana a la princesa de su padre?
La complicidad que comparte la heredera al trono con su padre es evidente; de hecho, ambos han dejado evidencia clara de ello en varias ocasiones, incluyendo una muy comentada en la que la infanta Sofía se notó bastante incómoda. Pues bien, ahora los medios han notado algo más: al parecer, Leonor ha heredado un trastorno de su padre.
5La costumbre de las mujeres de la realeza de lucir manos sin uñas largas ni esmalte llamativo
Aunque se pueda señalar que Leonor tiene onicofagia al igual que su padre, pues, lleva siempre las uñas muy cortas y al natural, lo cierto es que en muchas casas reales, especialmente en la realeza británica, hay una tradición y protocolo que dicta que las mujeres deben mantener una apariencia discreta y elegante, lo que incluye la forma en que lucen sus manos y uñas.
La realeza sigue normas estrictas de etiqueta y presentación personal. Estas reglas están diseñadas para mantener una imagen de modestia, elegancia y respeto por las tradiciones. Las uñas cortas y sin esmaltes llamativos se consideran una parte de esta imagen; además, son más prácticas para las numerosas actividades y compromisos oficiales que tienen. Ayuda a evitar situaciones incómodas como roturas de uñas o el desgaste del esmalte durante eventos públicos.
Las manos bien cuidadas, pero discretas, pueden simbolizar una actitud de trabajo y servicio; y el estilo sobrio y clásico es una marca de la elegancia real. Las uñas cortas y con colores neutros o sin esmalte complementan esta estética y no desvían la atención de su presencia y atuendo general.
Por ejemplo, Kate Middleton, la Princesa de Gales, a menudo luce uñas cortas y con esmaltes de colores neutros o naturales. La Reina Isabel II también era conocida por usar esmaltes de colores muy sutiles. Este estilo es parte de un código no escrito que refleja la seriedad y el decoro asociados con la posición que ocupan.
