En el dinámico universo del idioma español, las decisiones de la Real Academia Española (RAE) tienen un impacto significativo. Recientemente, esta institución ha sorprendido a muchos al eliminar de manera definitiva dos elementos que durante mucho tiempo se consideraron letras del abecedario: la «ch» y la «ll». Esta medida, que puede parecer drástica a primera vista, responde a una serie de consideraciones lingüísticas que buscan mantener la cohesión y claridad en el idioma español.
2Impacto y reacciones
La decisión de eliminar la «ch» y la «ll» del abecedario español ha generado diversas reacciones entre hablantes y estudiosos del idioma. Algunos celebran esta medida como un avance hacia la modernización y adaptación del español a estándares internacionales. Consideran que simplificar el abecedario facilitará la enseñanza y el aprendizaje del español, especialmente para aquellos que están comenzando a dominar el idioma.
Sin embargo, otros expresan nostalgia por la pérdida de elementos icónicos del abecedario español, que formaron parte de la enseñanza y el uso cotidiano por generaciones. Argumentan que la «ch» y la «ll» no solo eran símbolos lingüísticos, sino también culturales, que evocaban identidades y tradiciones profundamente arraigadas en la comunidad hispanohablante.