Desde el robo de datos personales a la ‘sextorsión’: los ciber-riesgos que presenta la aplicación Cartera Digital Beta

La revolución digital ha transformado la forma en que accedemos y consumimos contenido en línea. Sin embargo, esta nueva realidad también plantea desafíos, especialmente cuando se trata de proteger a los menores de edad del acceso a contenido inapropiado, como la pornografía. El Gobierno de España ha anunciado la implementación de una aplicación móvil llamada «Cartera Digital Beta» que busca restringir el acceso de los niños a este tipo de material, pero esta solución también presenta riesgos que deben ser abordados cuidadosamente.

En este artículo, exploraremos los detalles de esta aplicación, sus posibles ventajas y desafíos, y analizaremos las implicaciones en términos de ciberseguridad y privacidad de los usuarios. Es crucial encontrar un equilibrio entre la protección de los menores y la salvaguarda de los derechos digitales de la población en general.

Eficiencia de la Aplicación Cartera Digital Beta

La aplicación Cartera Digital Beta es una iniciativa que surge del Reglamento de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea, específicamente de la actualización del Reglamento sobre la identificación electrónica y los servicios de confianza (eIDAS2). Esta normativa establece que, a partir del año 2027, todas las plataformas de contenidos digitales de la UE deberán verificar la mayoría de edad de sus usuarios.

Sin embargo, la eficacia de esta aplicación ha sido cuestionada por expertos y organizaciones como la plataforma española Xnet, enfocada en los derechos digitales de los usuarios. Uno de los principales problemas señalados es que esta solución está diseñada para bloquear sitios web que operen desde España, cuando la mayoría de las páginas web pornográficas se alojan en servidores ubicados en todo el mundo. Esto significa que los usuarios podrían evadir el sistema de verificación de edad utilizando una VPN, lo que haría que el proceso de autenticación sea poco efectivo.

Además, Xnet ha cuestionado la necesidad de asociar la edad de los usuarios a sus datos personales, sugiriendo que sería más conveniente que las personas pudieran demostrar que son mayores de edad sin tener que revelar información sensible.

Ciberriesgos de la Cartera Digital Beta

La aplicación Cartera Digital Beta también plantea preocupaciones en términos de ciberseguridad y privacidad de los usuarios, debido a la información personal que se requiere para su funcionamiento.

Según la firma de ciberseguridad Panda, el periodo de desarrollo de la aplicación, aproximadamente 9 meses, no es un tiempo prudencial para implementar una solución definitiva, especialmente cuando se trata de una ‘app’ que trabaja con los datos de las personas que consumen pornografía en un país.

Panda ha advertido que es fundamental garantizar que la información se almacene y procese de manera segura para evitar filtraciones o robo de datos por parte de ciberdelincuentes. Además, ha señalado que la aplicación puede presentar vulnerabilidades explotables y que los sistemas deben someterse periódicamente a pruebas de penetración y auditorías de seguridad.

Otro riesgo destacado es la posibilidad de que la información de los usuarios, como nombres, direcciones o números de documentos de identidad, pueda ser filtrada y utilizada para fines no autorizados, como marketing digital, venta de datos a terceros o sextorsión.

Incluso, Panda ha planteado la posibilidad de que se cree un mercado negro de certificados, donde los menores de edad puedan comprar credenciales de acceso y continuar accediendo a contenido pornográfico, lo que socavaría el objetivo de la aplicación.

Además, Panda ha cuestionado si el control de la actividad de los usuarios podría abrir la puerta a clasificaciones de los ciudadanos según su actividad en Internet, lo que plantearía problemas de privacidad.

En conclusión, si bien es necesario tomar medidas para proteger a los menores de edad del acceso a contenido inapropiado, la aplicación Cartera Digital Beta presenta desafíos que deben ser abordados cuidadosamente. Es crucial encontrar un equilibrio entre la protección de los menores y la salvaguarda de los derechos digitales de la población en general.