El Mad Cool y el Primavera Sound esquivan la tormenta en los festivales internacionales

Mad Cool, Río Babel, Primavera Sound o BBK  Bilbao, más allá de las opiniones sobre los macrofestivales y las críticas de algunos de sus vecinos, es evidente que el modelo sigue funcionando económicamente en España. Mientras el Coachella o el Bonnaroo de Estados Unidos se quedan a medio vender, y en el mundo más de 100 festivales occidentales sufren o bien la cancelación de la edición de este año o bien han dado el anuncio de que no volverán en 2025. Es una situación llamativa, y aunque es de esperar que los festivales históricos sobrevivan, incluso si deben transformarse o plantearse reducir ediciones futuras, no todos correrán con la misma suerte.

En España, en cambio, siguen creciendo. Es cierto que los años pospandémicos vieron algunas bajas, como el DCODE que no ha dado señales de vida tras cancelar su edición del año pasado, aunque siguen presentes en la aplicación de Wegow, o el Cala Mijas, que fue víctima de un choque interno entre el ayuntamiento saliente y el entrante. Pero en líneas generales siguen apareciendo expansiones internas, como el ‘Road To Río Babel’ o el día de Playa del Sonorama Ribera, o las fechas internacionales del Primavera Sound.

Este año incluso Madrid ha importado un festival más de otras latitudes, el ‘Kalorama’ que además de su tradicional edición portuguesa, ha apostado por Madrid para su primera edición española. Es una prueba de que tras la pandemia, a pesar de las quejas de algunos vecinos en redes sociales, en España sigue siendo muy rentable la música en vivo, y que el «gasto de venganza» todavía no apunta a reducirse a pesar de la crisis inflacionaria que enfrenta el país de la mano de la guerra en Ucrania. 

LOS PRECIOS COMO PIEZA CLAVE 

Uno de los datos evidentes que mantienen en buena situación a los festivales españoles en buen nivel, incluso mientras algunos grandes conciertos como Pearl Jam se quedan con un alto porcentaje de las entradas sin vender, es que los precios son bastante competitivos con relación a la oferta internacional e incluso a la oferta de conciertos local. 

Mientras que el festival Glastonbury en Reino Unido alcanza las 360 libras de costo, y los de Coachella llegan a los 600 dólares el fin de semana. En cambio, el Mad Cool costaba 200 por el bono de festival completo, y el Primavera Sound de este año rondaba alrededor de los 300 euros. Además, estos son los festivales más costosos, otros como Río Babel, Tomavistas o el Sonorama Ribera pueden ser incluso más baratos. Esto no solo los hace más accesibles para los españoles, sino también para los viajeros internacionales que estén interesados en el evento. 

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Se suma además que las pulseras del Mad Cool y otras estrategias con entradas físicas han servido mejor que cualquiera de los intentos de Ticketmaster y Live Nation para evitar las reventas con precios exorbitantes.  Aunque hay entradas del festival, igual que las había del Primavera Sound, funcionan más parecido de lo que en teoría deberían funcionar estos servicios: Con precios menores del original para compradores que deban conseguir su entrada en el último momento, en lugar de los sobreprecios exorbitantes que se vieron en conciertos como el de Taylor Swift o el de Paul McCartney, en los que Live Nation no pudo controlar a los revendedores que lo hacen por negocio. 

MAD COOL Y PRIMAVERA SOUND SIGUEN SIENDO CLAVE

De cualquier modo, y tras presentar resultados positivos de la edición pasada, tanto el Mad Cool como el Primavera Sound, los dos más importantes del país, siguen mostrando un músculo importante en un mercado festivalero complicado a nivel internacional. Será interesante seguir de cerca la situación para saber si pueden mantener este músculo, aún si para hacerlo en los últimos años han tenido que dejar de lado proyectos como la edición madrileña del festival catalán o bien el ‘Mad Cool Sunset’ que debía cerrar el verano capitalino y se canceló cuando el evento perdió la cabeza de cartel de su primera edición. 

Pero la apuesta parece seguir creciendo más allá de la semana del evento. En particular el Primavera Sound, además de las fechas internacionales en ciudades como Buenos Aires de Argentina, La Asunción de Paraguay, São Paulo en Brasil e incluso Oporto en Portugal, se ha vuelto su propia promotora responsable del paso por España este año de grupos de culto como Cigarettes After Sex o The Lemon Twigs.