Rafa Nadal rechaza jugar en Wimbledon para no cambiar de terreno
Rafa Nadal decidió no participar en Wimbledon. A pesar de haber confirmado oficialmente el miércoles su presencia en los Juegos Olímpicos de verano en París, el tenista balear explicó hace unas semanas en su cuenta de la red social X que, en lo que serán sus últimos Juegos, «lo mejor para mi cuerpo es no cambiar de superficie y seguir jugando en tierra batida hasta entonces«.
Gonzalo Correa González, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED-FEMEDE), explica que el cambio de superficie implica ajustes tanto técnicos (como acortar o alargar movimientos) como tácticos (como jugar más directo o con más parábola). Además, señala que esto también implica una adaptación física, ya que «para ejecutar la técnica y aplicar la táctica adecuadamente, se necesita tener la condición física adecuada».
Rafa Nadal evita cambiar de superficie antes de los Juegos Olímpicos
Según Correa, las características físicas y las estrategias técnicas y tácticas de cada jugador determinan qué superficies son más demandantes que otras. Explica que «en general, la tierra batida favorece puntos más largos con mayor intercambio de golpes, lo que desde el punto de vista físico requiere una mayor resistencia«. Por otra parte, las superficies duras son más rápidas debido a que la pelota bota y retiene menos, lo que dificulta alcanzarla para devolverla. Por lo tanto, en principio, el desgaste físico sería menor. La hierba también es rápida porque la pelota se desliza tras el bote, lo que genera puntos cortos.
El cambio de hierba a tierra batida supondría mayores demandas de resistencia aeróbica láctica, debido a la mayor duración esperada de los puntos en esta superficie. Los golpes en tierra batida tienden a ser más largos, con mayor preparación y efectos liftados en lugar de planos o cortados. Además, sería necesario trabajar en los deslizamientos para fortalecer y prevenir lesiones en la musculatura aductora.
Riesgo de lesiones
Cada superficie no solo tiene características específicas que afectan la absorción de impactos y la facilidad para realizar rotaciones y deslizamientos, sino que también requiere ajustes en la estrategia y tácticas de juego. Los jugadores deben considerar estos aspectos al cambiar de una superficie a otra y adaptar estos cambios en sus entrenamientos y preparación física.
Y es precisamente por esto por lo que Rafa Nadal ha decidido no cambiar de superficie y mantenerse en la misma de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024. Se está perdiendo el Wimbledon, uno de sus torneos favoritos, pero el tenista cree que merece la pena si consigue hacerse con el gran premio de los Juegos Olímpicos.