Declaran las niñas supuestamente abusadas mientras se ultima el cese de la directora del centro

La comunidad educativa del CEIP Albeiros de Lugo se encuentra atravesando uno de los momentos más difíciles y delicados de su historia. Después de que ocho alumnas denunciaran haber sufrido abusos sexuales por parte de su profesor, el caso ha puesto en el centro de la polémica la gestión de la dirección del centro. Tanto la directora como el jefe de estudios se encuentran actualmente de baja, mientras la Consejería de Educación ultima los trámites para proceder a la destitución de la máxima responsable del colegio.

Las cuatro alumnas que prestaron declaración ante la jueza durante la jornada del lunes en un acto en el que también estuvo presente el docente imputado, han dado un nuevo impulso a un proceso judicial que se encuentra en plena efervescencia. El profesor, que se encuentra en prisión provisional como presunto autor de un delito continuado de agresión sexual, ha sido trasladado desde la prisión de Bonxe al Centro Penitenciario de Monterroso para participar en las pruebas preconstituidas ordenadas por el Juzgado.

LA GESTIÓN DE LA DIRECCIÓN BAJO ESCRUTINIO

La Consejería de Educación ha mantenido varios encuentros con el equipo docente y los padres y madres de los alumnos del CEIP Albeiros. En estos encuentros, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de proceder al cese de la directora del colegio, señalada por su gestión de los acontecimientos una vez que tuvo conocimiento de la denuncia formulada por las menores.

Según fuentes presentes en la reunión del consejo escolar, la Administración solicitó expresamente la destitución de la directora, si bien este proceso se ha visto ralentizado por la ausencia de la propia directora y del jefe de estudios, quienes se encuentran de baja. Esta situación ha impedido que el cese de la máxima responsable de la dirección del centro sea ya efectivo.

Pero no solo la Consejería de Educación considera que el cese de la directora es la única vía posible para comenzar a depurar responsabilidades. Un importante grupo de padres y madres del ANPA también han manifestado su rechazo a la gestión de la directora en relación a la denuncia por abusos, así como la falta de comunicación evidenciada durante todo el proceso y la escasa diligencia a la hora de adoptar medidas.

REUNIONES Y MEDIDAS EN EL CENTRO EDUCATIVO

Mientras el proceso judicial contra el profesor investigado por agresión sexual continuada avanza en el juzgado, las reuniones en el CEIP Albeiros no dejan de producirse. La Consejería de Educación ha mantenido un encuentro con los padres y los tutores legales de los niños que cursan sus estudios en el centro para dar cuenta de los procedimientos acometidos en el colegio desde que salió a la luz la denuncia de las menores, de los resultados recabados y de las pautas de control y seguimiento a desarrollar a medio y largo plazo.

En este encuentro, además de los padres y las madres de los alumnos, participaron una inspectora de la Consejería de Educación, un equipo de psicólogos de la Xunta y los coordinadores del trabajo de campo del estudio de investigación realizado en las aulas para dirimir las posibles afectaciones de la situación vivida en los alumnos. Si bien los resultados de este estudio fueron «tranquilizadores», la Administración puso a disposición, tanto del equipo docente como de los propios padres y madres, toda una serie de recursos públicos y gratuitos para recibir asistencia en caso de necesitarla.

EL FUTURO DEL CEIP ALBEIROS

Más de un mes después de la detención del profesor de Albeiros, las tareas de depuración de responsabilidades en el ámbito educativo y el proceso judicial abierto contra el docente siguen su curso. La comunidad educativa del CEIP Albeiros se enfrenta a uno de los momentos más complejos y delicados de su historia, con la dirección del centro en el centro de la polémica y la necesidad de restablecer la confianza y la tranquilidad en el seno de la institución.

La Consejería de Educación y la Justicia se encuentran trabajando para dilucidar las responsabilidades y adoptar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el bienestar de los alumnos. Mientras tanto, la comunidad educativa deberá enfrentar el reto de sanar las heridas y reconstruir la confianza, en un proceso que requerirá del esfuerzo y la colaboración de todos los agentes implicados.