Glovo cerró 2023 con un 20% más de repartidores autónomos y se espera que la cifra aumente durante el presente ejercicio. A pesar de la «Ley Rider», la plataforma de entrega de pedidos a domicilio no ha cambiado su modelo de repartidores autónomos, alegando no solo que en sus encuestas internas la mayoría de sus repartidores asegura que prefiere trabajar como autónomo, sino que por la forma en que se reparten los horarios de mayor demanda durante la semana hace que sea complicado repartir a los trabajadores necesarios en horarios naturales, y apuntan a que se trata de una decisión que castigaría la inmediatez clave del servicio.
En cualquier caso no hace falta ver los números o confiar en los datos de la empresa. Solo hace falta revisar las conversaciones de los repartidores para saber que Glovo, y otras empresas similares, siguen siendo una opción necesaria para muchos trabajadores primerizos, sea por ser extranjeros que tienen la posibilidad legal de darse de altas como autónomos, o bien algunos que usan una cuenta subarrendada, sea siguiendo las indicaciones de la empresa de reparto, o bien sea de forma ilegal mientras esperan que los procesos burocráticos se completen.
Es que para un trabajador que no tiene más opciones es una solución para subsistir. Es evidente que no es el trabajo predilecto de la mayoría, pero sea para completar sus ingresos como autónomos que trabajan en otros sectores, o bien como principal forma de mantenerse, pero precisamente el modelo de autónomos permite que siga siendo una opción para los trabajadores en este tipo de situaciones. Aun así, desde el Gobierno no parece existir ninguna intención de cambiar su posición sobre la ley, y en la práctica cada vez son más los países que ponen la lupa en los repartidores de estas plataformas, o en los conductores de las VTC en los países donde no están contratados como en España.
De momento, en cualquier caso la plataforma sigue funcionando de la misma forma. Su matriz, la alemana Delivery Hero, empezó el 2024 apartando unos 400 millones de euros para pagar multas y sanciones por las nuevas normativas del sector, y Uber ha invertido en la empresa como forma de cuidar un sector reparto que en general cerró 2023 con pérdidas millonarias. En este panorama, la denuncia de la acción penal contra los encargados de Glovo anunciada por la fiscalía de Barcelona no es más que una pieza más del rompecabezas de la empresa.
Pero mientras haya riders hay esperanza. La empresa sigue siendo utilizada de forma constante en España y la inmediatez y los precios que le permite su modelo siguen dándoles una ventaja competitiva, algo que se ha criticado desde las empresas de la competencia, pero que, como es normal, no preocupa demasiado a los usuarios. Será interesante ver cómo superan esta nueva acción legal en su contra en España, pero su preocupación seguramente debería ser mucho más amplia.
GLOVO EN LA ENCRUCIJADA
Al mismo tiempo, es evidente que para Glovo el seguir ignorando los nuevos reglamentos no es una opción permanente. Aunque, en teoría, podría intentar esperar a un cambio de gobierno y apostar por qué este permita una nueva ley, no solo no tienen una fecha en la que esto pueda ocurrir próximamente, sino que la normativa parece bastante establecida. Sumado al reglamento europeo de trabajo en plataformas digitales, que bien puede apretar sus tuercas en algunos territorios donde hasta ahora han estado operando de forma bastante cómoda.
Pero también cuentan con que en otros territorios la cruzada en su contra no sea tan directa. No es un secreto que la «Ley Rider» es uno de los proyectos clave de la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, y en otros países no hay tanta presión política contra su modelo. Al mismo tiempo, saben que los posibles gobiernos de izquierda que se vislumbran en países como Alemania y Reino Unido pueden desear aplicar medidas similares. Después de todo, sí, incluso en Estados Unidos se está haciendo presión contra la ‘Gig Economy’ es de esperarse que en el viejo continente esta sea mayor.
JUST EAT SIGUE SEÑALANDO A GLOVO
Mientras tanto, Just Eat sigue señalando a Glovo por lo que consideran competencia desleal. En la práctica no son los únicos, con casos como el de Stuart siendo emblemáticos de los efectos que la desventaja económica de tener que contratar a los repartidores puede tener sobre una de las plataformas de este sector cuando el otrora unicornio catalán sigue jugando con sus propias normas. De momento esta situación termina generando pérdidas para todos en el sector.
De todos modos, no es un dato menor a tener en cuenta en el periodo corto. Incluso si la actual denuncia de la fiscalía catalana no prospera, es evidente que hay más voces señalando a Glovo y que esta ha decidido hacer de oídos sordos y confiar en que sus abogados y los datos de la empresa terminarán dándoles la razón.