El tamaño estándar de las botellas de vino ha sido un tema de interés y curiosidad durante mucho tiempo. Aunque podríamos suponer que una botella de vino debería tener un litro, en realidad, la medida más común es de 750 ml. ¿Te has preguntado por qué? Aquí te explicamos el misterio detrás de esta medida, con tres razones clave que abarcan desde la historia hasta la logística.
El tamaño de las botellas de vino se estableció en 750 ml por varias razones prácticas e históricas. Hoy, exploramos tres de los motivos principales: la capacidad pulmonar de los vidrieros, la logística de transporte y la conversión de medidas entre sistemas diferentes. Sigue leyendo para descubrir por qué las botellas de vino no tienen un litro.
1La capacidad pulmonar de los vidrieros y las medidas de las botellas de vino
Uno de los mitos más interesantes y populares es que el tamaño de 750 ml corresponde a la capacidad pulmonar de un vidriero del siglo XIX. En esa época, las botellas se soplaban a mano y se determinó que 750 ml era la cantidad de vidrio que un soplador promedio podía inflar de una sola vez. Aunque esta teoría es atractiva y añade un toque humano al proceso, la verdad es que se necesitaron otros factores para estandarizar esta medida.