«Los legisladores de la Unión Europea esencialmente votaron por mantener en status quo». De esta forma describía el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, hace unos días en una llamada interna, el nuevo reglamento de trabajo en plataformas digitales aprobado para por el Consejo Europeo. La normativa, originalmente inspirada en la Ley Rider española, se fue diluyendo durante todo el proceso de negociación y finalmente se transformó en una versión tan «a la carta» para cada país que la directiva de la empresa de transporte y delivery se siente bastante confiada con su aprobación.
De hecho, las declaraciones de Khosrowshahi muestran una posición de calma frente a la nueva serie de legislaciones tomadas en varios países europeos y en parte de Estados Unidos. De hecho, en la misma llamada el directivo señala que las normativas tomadas en Nueva York o Seattle no son populares entre sus trabajadores, sean de reparto o conductores (que fuera de España siguen funcionando como autónomos en la mayoría de los países), ni entre los restaurantes con los que trabajan por qué les reducen las opciones.
Es una opinión algo distante a los testimonios de los riders dentro de España o de otros países que señalan la cantidad de horas que tienen que trabajar para cubrir la facturación necesaria por sus sueldos. Pero de todos modos, los directivos de Uber siguen apuntando por acercar este tipo de directivas a sus posiciones.. De hecho, aceptan que se estarán reuniendo como los políticos de Seattle para intentar cambiar sus posiciones sobre los repartidores.
UBER SOBRE LA REGULACIÓN EN EUROPA
Lo cierto es que viendo la presión que hicieron figuras como la ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz, para que se aprobara un reglamento europeo para las plataformas digitales que el mismo no esté cumpliendo con las expectativas, es una señal de alerta importante sobre la aplicación de estas medidas y sobre lo complicado que es superar no solo los lobbies de estas empresas, como se publicó en su momento en los ‘Uber Files’ a través de The Guardian es fácil entender como se pudo diluir tanto el concepto.
Se suman las posiciones de algunos gobiernos en esta negociación, como las de Francia o Alemania. La realidad es que son países que consideraron que lo mejor que podían hacer con los repartidores es permitir que siguieran funcionando de forma autónoma. Estos países fueron herramientas claves para Uber, que hizo lo posible para que la ley no fuese la misma camisa de fuerza que es en España, donde la «ley rider» cambio del todo la forma en que la empresa se relacionaba con sus empleados.
De hecho, la decisión llevó a Uber a aplicar un modelo de contratación, aunque indirecto, con los conductores. Pero ni ellos, ni otros competidores del sector del reparto, como Glovo, han contratado a sus repartidores. De hecho, son empresas que han hecho lo posible incluso para no contratar a esos repartidores que en teoría deben regularizar como empleados por orden de tribunales, o que han alargado todo lo posible estos procesos legales para poder evitar el pago de sanciones en la medida de lo posible.
Mientras tanto, organizaciones como ‘Riders X Derechos’ y partidos políticos como Sumar o incluso el PSOE insisten en la necesidad de aplicar estas normas. Aunque estas empresas confían en que el deseo de sus repartidores de seguir siendo autónomos, al menos según ellas mismas, sea suficiente para seguir operando, de esta forma en la práctica es cada vez más complicado como lo han tanto desde Uber como desde Delivery Hero, la empresa matriz de Glovo.
UBER SE ESCAPA DE LAS PERDIDAS
Es que mientras el sector de reparto sigue enfrentando perdidas millonarias, Uber se ha escapado de las mismas gracias al éxito de su aplicación de transporte. A pesar de las críticas recibidas en ocasiones por el trato a los conductores o el efecto en otros sectores, como el taxi, los datos presentados por la empresa tanto en la presentación de resultados del primer trimestre de este año como en la de todo 2023 muestran que ya no son una empresa atorada permanentemente en los números rojos, como lo fueron por años, y que de hecho empiezan a generar ganancias.