Si hay una película que no te puedes tomar en serio en la historia del cine es ‘Barbarella’. Un film dirigido por Roger Vadim y que supuso la creación de una obra pop con altos toques de psicodelia y erotismo dentro del género de la ciencia ficción. Algo novedoso que tuvo un rechazo unánime de la crítica en su día, pero que fue un éxito de taquilla incontestable y que tenía como protagonista a un ‘sex-simbol’ de la época, Jane Fonda.
La obra como se dijo en su día era «deliciosamente mala» y dentro de sus limitaciones hace pasar un rato divertido al espectador si no se tienen unas grandes expectativas intelectuales. A pesar de todo esto, ‘Barbarella’ es considerada una obra de culto, y botón de muestra de ello es la cantidad de fans y de webs dedicadas a la película y al personaje que Jane Fonda interpretó. Por ejemplo, en Suecia hay un festival de música en honor al filme.
EL FIN DEL MITO ERÓTICO DE JANE FONDA
La carrera de la hija del mítico Henry fonda nunca fue un camino de rosas, ni siquiera el estrellato de su padre le facilitó a Jane el camino, más bien todo lo contrario, fue en muchas ocasiones su mayor crítico algo que marcó para siempre la carrera de la actriz.
La norteamericana harta de papeles sin importancia y mediocres, donde su físico era lo único destacable, decidió ir a Europa. Concretamente en Francia a enrolarse en el cine de la Nouvelle Vaugue para poder crecer sin la sombra de su padre. Allí conoció al excéntrico Vadim con el que se casó y entró en la psicodelia europea para embarcarse en el proyecto de Barbarella. La última película que Jane Fonda realizó con su cuerpo como casi único argumento de la obra.
ARGUMENTO Y RODAJE DE LA PELÍCULA
La cinta se basa en la historia del cómic del mismo nombre, aunque básicamente es Jane Fonda teniendo escenas de camas con multitud de personajes extraños en un ambiente futurista y en otra galaxia.
Pero para ser sinceros, Fonda no era la principal baza que tenía el productor italiano Dino Di Laurentis para protagonizar el film. En un principio el papel fue ofrecido a la francesa Brigitte Bardot que lo rechazó al considerarlo demasiado sexualizado. La otra opción fue la italiana Sofía Loren que por aquel año de 1968 estaba embarazada y tampoco pudo optar a hacer la película.
Las opciones se redujeron y Vadim convenció a Di Laurentis para que su mujer fuera la estrella del film, algo que no convencía al productor italiano y tampoco a la propia actriz que quería quitarse el estereotipo de símbolo sexual de la época.
La película echo a rodar. Como pueden ver ustedes si visualizan la obra es una especie de Alicia en el país del futuro que busca a Duran Duran, otro guiño pop a la posteridad, un científico que anda perdido por el espacio. En realidad es lo ya comentado, la excusa perfecta para que Fonda pose con muchos modelitos sexys y sostenga multitud de encuentros amorosos con extraños personajes.
Dos escenas míticas y algo absurdas para definir la película. La primera es cuando Barbarella es atrapada y para ser torturada se la somete a una máquina que proporciona orgasmos, pero ante la fogosidad de la protagonista la máquina acaba quemada y destrozada. La segunda, es la primera escena del filme. Allí la protagonista realiza un streeptease integral en la que tapa sus partes más íntimas con los títulos de crédito.
El film se rodó en los estudios de Cinecittá en Roma, en unos decorados extravagantes y coloridos cómo si fuese un «viaje en LSD» ver la película. Catalogada X en un principio, para después pasar a considerarse erótica, el rodaje de la obra, según cuentan, fue una fiesta continua de drogas y cultura hippie por todos los lados.
El resultado final no dejó contenta a Jane Fonda que desecho varios proyectos importantes por protagonizar Barbarella. Una de esas películas a las que dijo no fue ‘La semilla del diablo’ y otra ‘Bonnie and Clyde‘ dos filmes que tuvieron bastante éxito. Todo lo contrario que Barbarella, masacrada por la crítica aunque como ya hemos dicho funcionó en taquilla.
La película fue el final de Fonda en este tipo de films y el despegue de su carrera en otro tipo de cine más serio. Valga como ejemplo, que un año después la norteamericana protagonizó ‘Danzad, danzad malditos’, otra película de culto pero esta con una mayor nivel argumental y artístico que supuso el empujón definitivo a una de las grandes actrices de los 70 y 80 como fue Fonda.
Barbarella por su parte sigue siendo una rara avis para coleccionistas y frikis de género. En los últimos años se ha tratado de hacer alguna nueva versión pero todos los intentos se frustraron. Las malas lenguas dicen que en 2025 puede ser la buena para ver un remake de esta fantasía pop.
