En la industria musical ya se sienten los efectos de la inteligencia artificial (IA), pero lo cierto es que ni artistas ni discográficas se sienten demasiado cómodos con esta tecnología, por eso tres de las discográficas más importantes del mundo, Sony, Universal y Warner Music haya demandado a las empresas desarrolladoras de Suno y Udio, dos aplicaciones de generación automatizada de música no solo por imitar las voces de algunos de sus artistas, sino también por aprender de ellos sin permiso lo que consideran una violación de los derechos de autor y de los derechos de estas empresas sobre las grabaciones.
Es una denuncia muy parecida a la que ya hizo un grupo de autores de ficción, que incluye nombres como Stephen King, George R.R. Martin y Neil Gaiman, contra Open AI por usar su trabajo para educar al Chat GPT, o bien la demanda grupal de varios periódicos estadounidenses como The New York Daily News, Chicago Tribune y el Denver Post al darse cuenta de que la aplicación plagia directamente textos de sus páginas web al usarlas para aprender a escribir o buscar respuesta a cierta información.
Es, de momento, la pieza clave en la discusión sobre el futuro de este tipo de aplicaciones. Los derechos de autor han sido señalados por la comunidad creativa una y otra vez como el principal argumento para enfrentar este tipo de situaciones. La realidad es que trazar la línea es complejo, pero con las imitaciones digitales de Damon Albarn de Blur y Gorillaz, Drake o Bad Bunny en la mente de las grandes discográficas la preocupación tiene sentido. Si se suma la preocupación evidente de compositores y demás profesiones creativas por el peligro de estas herramientas, hay motivos para encender las alarmas.
DESDE LAS EMPRESAS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO HAY PREOCUPACIÓN POR EL SECTOR CREATIVO
No fue hace tanto que la jefa de la oficina de tecnología de Open AI, Mira Murati, dijo que no estaba demasiado preocupada por los trabajos que se perdieran dentro del sector creativo. «Si se pierde algún puesto de trabajo en el sector creativo, es por qué quizás nunca hizo falta», aseguró en declaraciones entregadas a la famosa revista Fortune. El comentario parece haber acelerado este tipo de denuncias, además de hacer molestar a buena parte del sector artístico a nivel internacional.
A pesar de su confianza, es bueno recordar que estas aplicaciones necesitan a los creativos que planean reemplazar para poder educarse. Por tanto, denuncias como la que las tres discográficas han presentado a través de la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA por sus siglas en Inglés), son clave para proteger sus trabajos y sus formas de vida. Es que incluso cuando artistas como Drake han experimentado con el uso de herramientas de Inteligencia Artificial, lo que le sirvió para recibir una demanda de la familia de Tupac, el proteger su trabajo ha sido importante.
Al mismo tiempo, también es evidente que hay limitaciones en estas herramientas precisamente por su forma de aprender. De hecho, ya ha ocurrido que algunas de estas aplicaciones terminan repitiendo al aprender de contenido ya creado por otras aplicaciones de Inteligencia Artificial, lo que ha hecho que sea todavía más claro el problema de usarlas en este trabajo.
LA MÚSICA ENFRENTA UN FUTURO COMPLICADO
De cualquier modo, la reacción viene en un momento en que es complicado conocer el futuro de la industria musical. A pesar del crecimiento de la música en vivo, sigue siendo muy complicado monetizar la música en streaming de forma satisfactoria para los artistas, sobre todo por los problemas que tienen con aplicaciones como Spotify.
Viendo los problemas que empieza a tener en algunos casos la industria de la música en vivo, aunque sigue siendo la columna vertebral de toda la industria, es evidente que deben cuidar su producto. Por eso esta denuncia es clave, y por eso no deberían sorprender otras similares dentro del sector creativo.