Con la llegada del verano, parece inevitable exponerse a los peligros de los rayos del sol, pero es esencial hacerlo de manera segura para proteger nuestra piel de sus efectos nocivos. Aquí te presentamos siete consejos clave que te ayudarán a disfrutar del verano sin comprometer tu salud dermatológica. Evita la exposición solar en las horas centrales del día para evitar los rayos UV más intensos. Usa protección solar incluso en días nublados, ya que los rayos UV pueden atravesar las nubes. Busca la sombra cuando el sol está más intenso y usa sombreros de ala ancha para proteger rostro, oídos y cuello.
No olvides unas gafas de sol con protección UV adecuada para prevenir daños oculares. Elige ropa ligera pero de tejido tupido para proteger la piel del sol. Aplica protector solar de amplio espectro y reaplícalo cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar. Finalmente, considera la fotoprotección oral como complemento a la tópica para una defensa más completa contra los rayos solares.
2Uso adecuado de protector solar
Es fundamental aplicar protector solar con un factor de protección solar (SPF) adecuado, preferiblemente SPF 30 o superior, cada dos horas. Esto es crucial incluso si estás en el agua o sudando, ya que el agua y el sudor pueden reducir la eficacia del protector solar con el tiempo. Asegúrate de cubrir completamente todas las partes expuestas de tu cuerpo, incluyendo el rostro, los labios y las orejas, que son áreas frecuentemente olvidadas pero igualmente vulnerables a los efectos del sol.