La reventa «legal» de Paul McCartney supera el sueldo mínimo

Mucha tinta ha corrido sobre el desastre que ha sido el proceso de comprar las entradas tanto en venta general como en preventa para el concierto de Paul McCartney, que alimentaron a las páginas de reventa incluso antes que se abrieran las ventas al público general. La situación, que volvió a retratar a Live Nation y Ticketmaster por las complicaciones que suelen enfrentar los fanáticos al comprar entradas para este tipo de eventos, incluso si la reacción a las quejas en redes sociales ha sido presumir de haber agotado las entradas en un par de horas. Es una historia similar a la que ocurrió con las entradas en España para Taylor Swift y Blink-182.

Pero los precios en reventa, al menos en webs reconocidas como Viagogo o StubHub, son un buen ejemplo de lo excesivas que pueden ser este tipo de situaciones en cuanto a precios. Las entradas para ver al ex Beatle cuestan, a día de hoy, como mínimo, unos 330 euros, más gastos, pero pueden elevarse por encima de los 1500 euros, muy por encima de los 1134 euros mensuales, que representa el salario mínimo para quienes lo reciben en 14 pagas. No es un dato menor, y además demuestra los preocupantes datos que hacen pensar que estamos cerca de una burbuja en el mercado de la música en vivo.

Es cierto que es poco lo que la empresa puede hacer para evitar la reventa. El caso del concierto de Taylor Swift, en el que a pesar de las estrategias aplicadas para intentar que los fanáticos fuesen los primeros en tener acceso a las entradas para el Bernabéu, las páginas de este tipo se llenaron de ofertas que duplicaban o triplicaban el precio original y que en algunos puntos del estadio superaban también los ingresos de varios meses de sueldo mínimo. 

Europapress 2517778 Cartel Concierto Paul Mccartney Barcelona

Aunque no es una novedad, sí parece evidente que el caso de Paul McCartney ocurre en un momento en el que la molestia de los compradores es especialmente alta. Ya ha habido víctimas, con grandes festivales como el Coachella, siendo incapaces de colgar el cartel de agotado, en España no ha ocurrido con los festivales, pero sí con algunos conciertos como el de Pearl Jam, que a menos de dos semanas de su paso por Barcelona sigue teniendo más de la mitad de sus entradas por vender en cada uno de sus shows. 

En esa realidad, las reventas deberían, finalmente, verse afectadas. La situación es delicada, en un momento en el que se espera que la música en vivo sea uno de los principales motores de toda la industria, los problemas recientes de Paul McCartney son un aviso de lo fácil que sigue siendo para los revendedores llegar a las entradas antes que a los fanáticos reales. Si a esto se suma los avisos que han dado algunos eventos al quedarse a medio vender, es posible que sea necesario revisar las estrategias, y al menos en el caso de Live Nation es posible que la decisión no esté en sus manos. 

PAUL MCCARTNEY ES UN BUEN EJEMPLO PARA ENTENDER LA PRESIÓN DE ESTADOS UNIDOS

Lo cierto es que la gira europea del británico es un ejemplo más de los problemas que han llevado al departamento de justicia estadounidense a pedir la separación de Ticketmaster, la plataforma de venta de entradas, y de Live Nation, así como el motivo por el que no se les ha permitido adquirir una plataforma de reventa cuando lo han intentado. La empresa es vista por competidores, y por buena parte de la industria musical, como un monopolio y las autoridades norteamericanas. 

En Europa ha habido también coqueteos con revisar la situación, tomando medidas contra revendedores que se dedican a esto para generar ingresos. Al mismo tiempo, todavía no ha tomado una medida similar a la estadounidense, probablemente por qué a pesar de ser un monolito fuerte en la industria europea, al menos no es el mismo nivel de control sobre la situación que tienen en Norteamérica. 

CLAVE PARA MADRID A MEDIDA QUE SUMA MÁS EVENTOS

Mientras tanto, y dado que Madrid sigue sumando espacios y proyectos con la idea de ser la ciudad europea más importante a la hora de pensar tanto en cultura como deporte. Pero para ello debe ser una de las ciudades en las que las entradas sean más accesibles, no necesariamente en cuanto a precios, pero sí en cuanto a la facilidad para comprarlas. Es algo a tomar en cuenta ahora que la ciudad apuesta por estos procesos, y sobre todo tomando en cuenta el deseo de albergar unos juegos olímpicos en un futuro no tan distante. 

De aquí en adelante será importante seguir de cerca la situación. Los precios de este tipo no se pueden soportar, sobre todo en un evento que fue aplaudido a su anuncio por ser menos costoso que otras giras similares de los últimos años. Por el momento, el caso de Paul McCartney no es más que un ejemplo, pero si no se toman las medidas a tiempo, la burbuja puede estallar y general un problema a la capital.