Luis de la Fuente no se equivocó llevando a este futbolista
Muchas de las decisiones que Luis de la Fuente está tomando con la Selección Española de Fútbol están levantando ampollas y generando polémicas. Sin embargo, el tiempo está dando la razón al seleccionador en casi todas ellas y cerrando la boca de sus detractores, como en el caso de la convocatoria de Marc Cucurella.
Así, cuando José Luis Gayá se lesionó nadie esperaba que fuera el catalán en su lugar, pues apenas había tenido minutos en el Chelsea. En aquel momento fueron muchos los que tacharon la decisión de injusta, pues consideraban que Sergi Cardona o Miguel Gutiérrez merecían más la llamada de Luis de la Fuente. Ahora, de nuevo, les tocará pedir disculpas y asumir el error.
Titular a base de trabajo
Marc Cucurella se incorporó al grupo algunos días más tarde que el resto pues llegó para suplir a Gayá. Esta tardía llamada hacia suponer que sería Grimaldo, sensación del Bayer Leverkusen, el que ocuparía el lateral zurdo de la defensa de La Roja, sin embargo, Luis de la Fuente nos sorprendió metiendo al catalán en el once inicial ante Croacia.
Esta titularidad pilló por sorpresa a todos menos a sus compañeros que han visto el trabajo y el compromiso que el jugador ha demostrado desde su incorporación al grupo. Y es que, el nivel de Cucurella en los entrenamientos y el rendimiento ofrecido en los partidos le han llevado a ganarse la confianza del seleccionador.
La confianza de Luis de la Fuente crea un monstruo
No hay duda de que Luis de la Fuente ha depositado toda su confianza en Marc Cucurella, una confianza que se ha ganado a base de trabajo pero que ha creado una auténtica máquina defensiva. Y ese monstruo lo pudimos ver jugar ayer contra Italia en uno de los mejores partidos que se le recuerdan.
Las cifras están ahí para demostrar porque Luis de la Fuente confía en Marc Cucurella. Así, en el partido de anoche el catalán tuvo un 100% de acierto en los pases (51 de 51). Además, sumó 10 duelos ganados, 7 recuperaciones, 5 despejes y no pudo ser regateado ni una sola vez en todo el partido.