El aceite de oliva, considerado como un elemento fundamental de la dieta mediterránea, no solo aporta sabor y calidad a nuestros platos, sino que también es una fuente esencial de salud. Esta medida de reducción del IVA lo posicionará como un alimento de primera necesidad, junto a otros productos como huevos, verduras y frutas.
La reducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del aceite de oliva al 0% es una medida que ha sido calificada como «muy positiva» por las principales organizaciones agrarias de España. Esta decisión del Gobierno, que entrará en vigor el próximo 1 de julio, tiene el objetivo de beneficiar tanto a los consumidores como a los productores de este preciado alimento.
Beneficios para Consumidores y Productores
Los consumidores serán los principales beneficiarios de esta medida, ya que podrán disfrutar de este producto tan saludable a un precio más asequible. Las organizaciones agrarias han pedido al Gobierno que sea «muy vigilante» en la aplicación de la medida, con el fin de asegurarse de que los ahorros se trasladen directamente al consumidor final y no se queden en los márgenes de los distribuidores.
Por su parte, los productores también se verán favorecidos por esta decisión, aunque hay algunas preocupaciones en torno a los aspectos fiscales. Unión de Uniones ha señalado que la medida «perjudica fiscalmente» al agricultor, y ha solicitado que se reajuste la normativa de los regímenes especiales del IVA para evitar una competencia desleal.
Promoviendo el Olivar Tradicional
Además de la reducción del IVA, las organizaciones agrarias han pedido que se priorice el apoyo al olivar tradicional frente a otras explotaciones. Si bien los costes de producción de este tipo de olivar son más altos, este sistema de cultivo genera innumerables bienes y servicios para el conjunto de la sociedad, como la preservación del paisaje, la biodiversidad y el desarrollo rural sostenible.
En resumen, la reducción del IVA del aceite de oliva es una medida que va más allá de los beneficios económicos. Es una apuesta por la salud pública, la sostenibilidad y el apoyo a los productores tradicionales. Esta decisión del Gobierno debe ser acompañada de un seguimiento minucioso y de un mayor respaldo a los sistemas de cultivo que preservan el patrimonio y el equilibrio de nuestro entorno rural.