La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha señalado que una de las principales demandas del sector bancario para el nuevo ciclo político en la Unión Europea es reducir la complejidad del mercado regulador de la región. El objetivo es lograr un enfoque más equilibrado entre la estabilidad financiera, que es el objetivo de la regulación tras la gran crisis financiera, y el crecimiento, un elemento fundamental de la UE para no quedar rezagada tras Estados Unidos y China.
Kindelán ha defendido que para afrontar los retos que tiene la UE en materia de defensa, sostenibilidad, infraestructura o digitalización, es necesario que el esfuerzo regulador y el impulso político tengan como objetivo el crecimiento. Para ello, ha considerado prioritario que existan mandatos más amplios que incluyan otras dimensiones como el crecimiento, la competitividad o la eficiencia.
Adaptar la Regulación a un Mundo Post-Crisis Financiera
Kindelán ha planteado tres ejes de actuación clave. En primer lugar, adaptar la regulación a un mundo que ya ha superado la crisis financiera y en el que el sector bancario ha mejorado sus niveles de capital, liquidez y sus controles de riesgo, además de contar con una acumulación de 360.000 millones de euros en nuevo capital para hacer frente a los retos.
Por otro lado, ha pedido que se aligeren los mandatos de nivel 2. En este sentido, ha explicado que cuando se cierran los procesos legislativos entre el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, las autoridades supervisoras, como la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), desarrollan reglamentos de nivel 2. Según Kindelán, en el ciclo político entre 2019 y 2024 se han generado 440 mandatos, que «no son necesarios» y deberían ser aligerados.
Finalmente, también ha solicitado que se aligeren los procedimientos, ya que actualmente el proceso medio de elaboración desde la propuesta a la comisión hasta el texto final son 2,5 años, a lo que habría que sumar los trabajos preparatorios y los actos de nivel 2 que pueden suponer «dos años más». Kindelán considera que sería apropiado utilizar de nuevo los procesos acelerados que se usaron durante la pandemia de COVID-19.
Completar la Unión Bancaria y Desarrollar el Mercado Único de Capitales
Además, Kindelán ha insistido en completar la Unión Bancaria, incluyendo el fondo único de garantía de depósitos, ya que supondría «garantizar» un nivel uniforme de protección para los depositantes, independientemente de la ubicación del banco, rompiendo así el nexo «banco-soberano». Asimismo, cree que esta unión garantizaría que las valoraciones y los costes de financiación de los bancos solo estén determinados por su perfil de riesgo, su rentabilidad y solvencia, y no por su nacionalidad.
A esto, ha sumado el desarrollo del mercado único de capitales, con el objetivo, todo ello, de generar en Europa un sistema «robusto, de rentabilidad sostenida«.
Mantener la Rentabilidad de la Banca ante los Tipos de Interés Bajos
Por otro lado, Kindelán se ha referido a la bajada de tipos y sus efectos sobre la cuenta de resultados de los bancos, después de que el Banco Central Europeo (BCE) aplicase un recorte de 25 puntos básicos en los tipos oficiales el pasado 6 de junio hasta situarlos en el 4,25%.
Kindelán ha reconocido que los tipos de interés más bajos tienen un efecto sobre el margen de intereses, pero ha sostenido que si los tipos son más reducidos, esto también permite que el acceso a la financiación sea «menos costosa» para familias y empresas, de tal forma que se produciría un repunte en el volumen de crédito, apoyado por una mayor demanda.
De hecho, ha señalado que este comportamiento ya ha comenzado a observarse en los cuatro primeros meses de 2024, ya que el volumen de hipotecas ha aumentado un 14% frente al mismo periodo de 2023 y un 9% en el caso de créditos a pymes. Estas cifras son muy positivas también para la economía, porque apuntan a un mayor consumo de las familias y posiblemente también mayor inversión de las empresas.