Madrid, que ya se había anotado, el mayor acontecimiento de la música en vivo en 2024 con los conciertos de Taylor Swift en el Bernabéu, puede bien anotarse la otra gira clave del año: Paul McCartney, con el Beatle confirmando su paso por la capital los días 9 y 10 de diciembre. Más allá de la llamativa selección de recinto, a pesar de su importancia para la capital, el WiZink Center parece demasiado pequeño para una figura de su calibre, los precios que han sido publicados han sido llamativos, no por lo altos que son, sino, por lo contrario.
Ya con el anuncio de la promotora se podía sentir curiosidad por el precio real de las entradas, cuando se informaba que los precios más bajos estarían en 45 euros, más gastos (51 euros en total), pero además los más costosos llegan «apenas» a los 187 euros. No se puede hablar de que sea un concierto «barato», pero tras algunos eventos recientes, en particular el paso de los míticos Pearl Jam por Barcelona, que aparte de generar controversia por el precio de las entradas, lo ha hecho por qué un alto porcentaje de las entradas para ver a los de Seattle en la se han quedado sin venderse.
Es llamativo. Puede bien ser un cambio de estrategia de la promotora, después de todo la misma ha visto los resultados de la estrategia con la banda de Grunge en Barcelona. De hecho, el paso del autor de ‘Maybe I’m Amazed’ sigue una estrategia muy diferente, no solo es un evento en el que la gira solista de Paul McCartney tiene exclusividad, sino que además se trata de un escenario más pequeño, lo que hace que sean menos entradas, y con precios menores, apostando probablemente por la recaudación y el consumo interno para cubrir con las diferencias.
Pero es también otra victoria para la capital en su búsqueda de quitarle a la Ciudad Condal la corona como la ciudad más importante para los eventos en España. Es bueno recordar que, en 2020, poco antes del confinamiento, el Beatle tenía planeados dos conciertos en Barcelona, que por supuesto se cancelaron. El hecho que la capital haya sido la primera opción de su regreso, su primer concierto en España en 8 años, habla de los cambios en el panorama nacional en cuanto a las prioridades de los artistas a la hora de decidir pasar por el país.
PAUL MCCARTNEY Y LA VIGENCIA DE LAS VIEJAS GLORIAS DEL ROCK
Vale la pena señalar que Paul McCartney no es el único de los viejos artistas de rock que siguen siendo claves dentro del mercado de la música en vivo. Bruce Springsteen, los Rolling Stones o AC/DC han demostrado que incluso si no han sido responsables de un gran hit en varios años, o incluso décadas en algunos casos, siguen siendo capaces de llenar estadios sin sudar demasiado, siendo el caso de Pearl Jam más una excepción que la realidad del género y sobre todo de sus artistas clásicos.
No es un dato menor. A pesar del éxito del ‘Eras Tour’ de Taylor Swift, no son tantos los artistas contemporáneos que pueden tener ese efecto en casi cualquier país del mundo. La realidad es que apuestas con décadas de carrera artística son más seguras, y con tanta competencia entre festivales y grandes giras son artistas con varias generaciones de fanáticos que pueden funcionar para llenar un estadio, o varios, al pasar por un nuevo territorio.
McCartney tiene además la ventaja única de tener uno de los repertorios más importantes y queridos dentro de la historia del rock. Además de su carrera solista, que incluye piezas como ‘Live and Let Die’, ‘Maybe I’m Amazed’, o ‘Band On The Run’ tiene por supuesto la música de los Beatles con canciones como ‘Hey Jude’, ‘Drive My Car’ o ‘Let It Be’ formando una parte permanente de su repertorio. No son palabras menores, se trata de canciones que han cambiado cómo se entiende la música pop y que siguen siendo coreadas por varias generaciones de fanáticos.
PEARL JAM SIGUE EN EL AIRE
Mientras tanto, el precio y la mala selección de la fecha mantienen una buena parte de las entradas disponibles para las dos fechas de Pearl Jam en Barcelona siguen en venta y a medida que se acerca la fecha parece menos probable que puedan colgar el cartel de agotado. Por supuesto que aún hay tiempo, y sigue existiendo un goteo de ventas que pueden llenar los espacios restantes, pero está lejos del lleno inmediato típico de los conciertos actuales.
En cualquier caso, es un interesante contraste dentro del panorama, que recuerda que a pesar de los datos de venta de buena parte de la industria de la música en vivo, sigue habiendo un límite en el bolsillo de los melómanos.