Contra ti sí, pero la DGT no puede hacer nada contra este tipo de coches

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En España, con un parque automovilístico que supera los 35 millones de vehículos, las placas de matrícula son el equivalente al documento de identidad de los coches. Desde su primera implementación en 1900 en Palma de Mallorca, estas placas han evolucionado notablemente. Sin embargo, detrás de esta aparente simplicidad se esconde un enigma legal y operativo: las matrículas opacas, reservadas para usos oficiales y de seguridad, que han permitido la impunidad y el anonimato en ciertos sectores del Estado. La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha pronunciado al respecto y ha dejado a más de un conductor indignado. En este artículo te contaremos por qué estás matrículas gozan de mayor libertad ante la mirada de la DGT.

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Intentos de regulación y las dificultades de implementación

Intentos de regulación y las dificultades de implementación

Durante la gestión de María Seguí al frente de la DGT, se intentó regular estas matrículas para que los mandos responsables identificaran a los conductores infractores en un plazo de 70 días. Sin embargo, la realidad mostró que muchas de estas infracciones quedaban sin identificar, acumulándose en carpetas de pendientes hasta caducar. Aunque no es una práctica universal, la DGT denunció que en numerosos casos, la identificación y sanción de estos conductores quedaba en un limbo administrativo.

Esta dificultad de regulación planteada por la DGT ha llevado a un escenario donde los vehículos con matrículas opacas, especialmente los de oficiales y policía secreta, se consideran incontrolables. Los mandos justificaban el uso de estos vehículos como «en misión oficial», una justificación que abarcaba desde acompañamientos ministeriales hasta persecuciones policiales, sin mayor detalle.