Freír alimentos puede ser una deliciosa pero a veces desafiante tarea culinaria. El aceite caliente a menudo salpica, causando no solo molestias sino también riesgos de quemaduras. Sin embargo, con algunos trucos simples y precauciones, puedes minimizar estas salpicaduras y disfrutar de frituras más limpias y seguras.
2Control preciso de la temperatura y técnicas de manejo
Controlar la temperatura del aceite es fundamental. Debes asegurarte de que esté entre 180ºC y 200ºC, utilizando un termómetro si es posible, o probando con un trozo de pan que debe burbujear suavemente al ser sumergido. Mantener la temperatura adecuada no solo evita salpicaduras excesivas, sino que también asegura una fritura perfecta: crujiente por fuera y cocida uniformemente por dentro.