Los resultados de las elecciones europeas del pasado domingo ya han tenido repercusiones importantes en buena parte del continente. Pero para los riders y las empresas de reparto como Glovo, Uber Eats y Just Eats hay un nombre puntual cuya derrota puede afectarles directamente: El de Yolanda Díaz. Una de las figuras claves de la Ley Rider, y desde su cargo una de las grandes defensoras de su versión europea cuando Francia o Alemania se mostraban incómodos con ella. Por eso su anuncio de que dejaría de ser la líder de Sumar, aún con las contradicciones posteriores, y la derrota de su coalición en Europa son tan llamativas para el sector.
Es que no solo ha sido Sumar, en la mayoría de Europa los partidos a la izquierda de los Socialdemócratas se han estrellado, lo que complica medidas como la ley rider o los deseos de la lideresa de reducir la jornada laboral en España y más allá de las fronteras. Es un castigo a este tipo de proyectos y aunque el ‘reglamento europeo de trabajo en plataformas digitales’ ya está aprobado, su redacción permite que los países organicen sus propias regulaciones a la carta, algo que la propia Díaz señaló como un problema en las medidas.
Es una realidad importante a tener en cuenta para un sector que tenía planteado enfrentar millones de euros en sanciones. Aunque la situación no tiene por qué cambiar a nivel español, la ley ya está aprobada y a pesar de las dudas de parte del sector es una norma popular. No necesariamente es que la mayoría de los españoles, o de los europeos, haya leído el reglamento, pero hablar con los riders y conocer sus condiciones de trabajo hace que sea evidente la necesidad de regular su situación. En cualquier caso, se trata de un cambio importante, pues incluso en su vicepresidencia la sensación es que Díaz tendrá menos capacidad de presionar.
MIENTRAS DÍAZ MANTENGA SU CARGO PRESIONARÁ MÁS A GLOVO Y UBER EATS
Pero mientras Díaz siga en el cargo, es posible que se aumente la presión sobre las dos grandes plataformas en España que siguen trabajando con repartidores autónomos. Es de esperar que parte de la estrategia de la vicepresidente para recuperar algo de popularidad a lo interno sea aumentar la presión para que se cumplan algunos de los proyectos que Sumar ha prometido siempre. Es que dado que la ley rider debería haber acabado con los «falsos autónomos» en el país, algo que evidentemente no ha pasado.
También es cierto que parte del problema es buscar una solución para los trabajadores, no solo para las empresas. Es que si bien no parece probable que desde el Ministerio de Trabajo se preocupen demasiado por los accionistas de Glovo, también es cierto que si la empresa de reparto no puede operar dejaría a cientos de trabajadores sin su sustento, y a muchos de ellos sin documentos para poder buscar otro tipo de trabajo, algo que no es especialmente fácil.
Pero la posibilidad de cargarse la industria del reparto en el país no es menor. Aunque Just Eat seguiría funcionando, después de todo se trata de una de las pocas empresas de reparto que contrata a sus trabajadores en el país, precisamente la presencia de Glovo y Uber Eats y sus estrategias que permiten una mayor velocidad a la hora de entregar, algo clave para competir y para mantener a los usuarios felices, algo clave para mantener el funcionamiento de una industria donde la inmediatez es clave.
¿LA LEY RIDER EUROPEA CORRE PELIGRO?
La otra realidad es que los resultados europeos pueden dejar huecos a la hora de aplicar el nuevo reglamento de trabajo en plataformas. Lo reciente del nuevo reglamento, los cambios en un Parlamento Europeo que se acercará un poco más a la derecha y la cantidad de cambios en el documento mientras se discutía en el Consejo Europeo hacen que haya que seguir con lupa las medidas y ver cómo se aplican en cada país. Es una realidad complicada de asumir para quienes empujaron la normativa, y para las organizaciones a favor de los riders que esperaban que la aprobación cambiará su realidad.
Hungría, Alemania, Francia o Austria probablemente buscarán estrategias para no tener que aplicar el espíritu de la norma. Es que según lo ven estos países, la idea es que estos trabajadores puedan tomar su propia decisión en cuanto a su relación de laboralidad con estas plataformas. Es una diferencia importante en cómo lo ve el Gobierno de España, o incluso algunas zonas de Estados Unidos, que piensan que es importante que los repartidores tengan un sueldo mínimo y que tengan las condiciones de un trabajador contratado.
De todos modos, hay que esperar, la situación cambió hace apenas cuatro días, por lo que puede ser interesante como se maneja esta realidad. La verdad es que los trabajadores no están en una situación ideal, pero cambiar una situación como está de un día para otro no es demasiado fácil, ni rápido.