Los Riders de Glovo y Uber Eats preocupados ante la caída del negocio en verano

A pesar del clima de esta semana, el verano se acerca un poco más cada día, y con él los dos meses más complicados para el trabajo de los repartidores de Glovo y Uber Eats. Los repartidores, que siguen siendo en su mayoría autónomos a pesar de los intentos de hacer cumplir la Ley Rider de Yolanda Díaz, saben que les esperan meses complicados no solo por el calor, sino por qué las vacaciones, impulsadas además por el «turismo de venganza» suelen reducir la cantidad de pedidos hechos en estas plataformas, lo que sumado al calor hace de julio y agosto meses complicados de atravesar en su oficio.

Es una situación complicada, pero en la que las propias empresas de reparto tienen poco que hacer. Lo que sí recuerdan desde las plataformas es que sus algoritmos no cambian ni expulsan repartidores en verano, a pesar de las sospechas de algunos de ellos el problema es simplemente que se reducen los pedidos. Es que los turistas no suelen hacer pedidos, el clima hace que el que no pueda viajar haga menos pedidos y las altas temperaturas hacen que además cada uno de los pedidos sea más complicado. 

Es que a pesar de los riesgos que representa el trabajar en días de lluvia o nieve, en la práctica estos suelen traducirse en un aumento de los pedidos, lo que también es una mayor facturación. También es cierto que es una situación que solo aplica para las empresas que usan repartidores autónomos, como Uber Eats y Glovo, pues los repartidores de otras como Just Eat pueden contar con su sueldo mínimo sin importar su facturación, aunque evidentemente se quedarían sin los bonos que pueden generar por ella. 

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Si bien es un fenómeno cíclico por lo que narran los propios riders, en este caso ocurre tras un 2024 complejo, en el que Delivery Hero asumió que Glovo podía no ser viable, en el que el sector asumió pérdidas millonarias y en el que solo Uber, más por su servicio de transporte que por el de reparto, sé salvó del desastre este año puede ser especialmente complicado para las empresas. 

Pero más allá de lo que ocurra con las empresas, la peor parte se la llevan los repartidores. Mientras en las plataformas de reparto se sigue pensando en cómo enfrentar el nuevo marco legal europeo del sector, los riders siguen asumiendo las dificultades del día a día. El hecho de asumir que tendrán dos meses malos todos los años es ya suficiente para poner la señal de alarma en un momento donde las empresas para las que trabajan ponen alarmas de forma permanente. 

LOS RIDERS DE GLOVO Y UBER EATS EN FECHAS COMPLICADAS

Los repartidores ya tienen tiempo advirtiendo de la crisis que pueden tener que afrontar este verano. Según varios de ellos, el aumento de los tiempos de espera, los problemas han aumentado sus tiempos de espera, y la cantidad de cuentas ilegales en la plataforma hacen que el sistema esté demasiado sobrecargado para funcionar en el día a día. Por eso su preocupación de cara al verano es mayor a otros años, por qué temen que empeore la realidad. 

Por supuesto, además hay quienes señalan que en esta época hay una mayor cantidad de cuentas bloqueadas y decisiones similares. Es bueno señalar, de nuevo, que esto se define por el algoritmo de la compañía, y que las plataformas no pueden tomar decisiones directas sobre qué repartidores consiguen más pedidos, más allá de cambiar la programación directamente. 

De todos modos, la realidad es complicada de cambiar por cómo funciona el sector. También es cierto que al ser autónomos hay varios repartidores que pueden buscar otras formas de ingreso los meses más complicados del año, y que sirven como complemento al complicado y difícil trabajo de los repartidores, que sigue siendo complicado para todo el sector.

LA LEY RIDER EUROPEA EN SU NUEVO PANORAMA

En cualquier caso, será llamativo ver cómo las empresas de reparto reaccionan a un nuevo parlamento europeo que puede ser algo más positivo para ellos. Las victorias de los partidos de centro y extrema derecha hacen que la legislación sobre el sector pueda cambiar de prioridades, y que no se haga tanto hincapié en la relación laboral de este tipo de empresas. 

En cualquier caso, para los repartidores es un momento complejo dentro de su sector. Si las empresas como Glovo y Uber Eats tienen problemas, al final tendrá un efecto directo, a lo que se suma los problemas del día a día que generan la gran cantidad de cuentas ilegales, y los cambios de otras jurisdicciones como los de las monodosis, siguen siendo problemas necesarios de resolver.