Roland Garros ha demostrado que no trata igual a Carlos Alcaraz que a Rafael Nadal. El joven prodigio español, que soñaba con emular a su ídolo Rafa levantando la Copa de los Mosqueteros con la Torre Eiffel de fondo, se ha visto frustrado debido a las estrictas medidas de seguridad en París por los Juegos Olímpicos. A pesar de haber ganado el prestigioso torneo, Alcaraz no ha podido realizar la icónica sesión de fotos en el monumento más emblemático de la capital francesa.
Este contratiempo contrasta fuertemente con el trato recibido por Nadal en sus años de gloria, cuando las fotos con la torre y la copa se convirtieron en una tradición que resaltaba su dominio en la tierra batida parisina. La situación actual ha dejado una sensación agridulce, cuestionando si las circunstancias han sido justas con el nuevo campeón y si Roland Garros sigue mostrando la misma deferencia hacia sus figuras emergentes como lo hizo con los veteranos consagrados.
2Una celebración sin descanso
El joven tenista murciano, tras vencer a Alexander Zverev en un emocionante partido que terminó con parciales de 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2, celebró hasta altas horas de la noche en el corazón de París. Sin embargo, la mañana siguiente no hubo tiempo para descansar.
Con una elegante camisa blanca y una chaqueta negra de Louis Vuitton, Alcaraz regresó al estadio Philippe Chatrier para las fotos oficiales en las gradas del recinto que lo vio coronarse campeón.