Los divorcios y las herencias: a la cabeza de los conflictos legales en Barcelona

Las relaciones familiares nunca han sido fáciles y son una de las fuentes más habituales de conflictos que acaban en los juzgados.

Especialmente ocurre en el caso de las herencias y de los matrimonios que llegan a su fin. En estos dos escenarios, es muy normal que las partes no tengan voluntad de llegar a un acuerdo y que los abogados de familia tengan que ejercer un papel importante para llegar a un escenario beneficioso para todos.

Así nos lo cuenta un despacho con tan larga trayectoria en Barcelona como lo es Bombí y Ripoll Abogados. La mayor parte de casos en los que intervienen estos abogados en el ámbito del derecho de familia suelen estar relacionados con estos dos conflictos principales.

El reparto de la herencia

El reparto de la herencia es una de las mayores complicaciones que suele darse entre las familias. Aunque cada vez es menos habitual, todavía resulta bastante común que una persona fallezca sin dejar un testamento donde se establezca claramente el reparto de bienes.

En esos casos, existen unas pautas marcadas por ley que establecen cómo hacer con el patrimonio. Hablamos de elementos como la parte legítima, el tercio de mejora y el apartado de libre disposición.

Como el reparto debe establecerse sin conocer exactamente las voluntades del difunto, en un porcentaje importante de los casos los herederos acaban por no ponerse de acuerdo: uno prefiere dinero, otro quiere repartirlo todo a partes iguales o existe un interés común por una misma propiedad sobre el resto.

¿Qué hacer en estos casos? Lo mejor es contar con la mediación de un abogado de familias que pueda ayudar a hacer un reparto justo y evitar llegar a juicio. En caso de no suceder así, la asistencia de un letrado especializado también será útil para acudir ante la presencia del juez con una defensa bien armada que dé como resultado una mejora de la situación.

La complejidad de los divorcios

Sobre todo cuando hay hijos de por medio, un divorcio puede convertirse en un proceso traumático que acabe por afectar a todos los miembros de la familia. En estos casos, la prioridad tanto de los padres como de los abogados debe ser el bienestar de los niños y la seguridad de que se encontrarán con un contexto estable y positivo para ellos cuando el matrimonio se disuelva de manera definitiva.

Para ello, hay que establecer un régimen de visitas, las compensaciones económicas y todo lo necesario para el bienestar de los pequeños. A esto hay que sumar el reparto de bienes conseguidos en común, además de responder a todas las demandas y peticiones de ambas partes.

De nuevo, aquí el mejor interlocutor entre las dos partes es un abogado de familia. Estos profesionales saben lo que indica la ley y siempre serán los mejores asesores para llegar a un punto de acuerdo que sea justo y esté conforme a lo que marcan los estándares legales en la actualidad.

Como recuerdan desde el despacho catalán, los letrados de familia asumen casos del día a día, que no suponen grandes penas de cárcel o multas, pero que sí son muy relevantes para los implicados, que buscan huir de conflictos y obtener lo que es justo de manera rápida y sencilla.