Las cárceles españolas se enfrentan a una crisis de seguridad sin precedentes. A pesar de la disminución de la población reclusa, las agresiones a trabajadores penitenciarios y entre internos han experimentado un aumento alarmante, lo que genera una gran preocupación entre los sindicatos y pone en evidencia las deficiencias del sistema penitenciario actual.
Aumento de la violencia en las prisiones españolas
Los datos son contundentes: las agresiones en las cárceles de la Administración General del Estado (excluyendo Cataluña y País Vasco) han aumentado más del 127% desde 2019, pasando de 223 a 508 en 2024. Este incremento se traduce en una tasa de 10,63 agresiones por cada mil internos, una cifra que evidencia la gravedad de la situación.
Este aumento de la violencia se produce en un contexto de descenso de la población reclusa, que ha bajado un 3,41% desde 2019. Además, se ha producido un incremento del número de internos en tercer grado (régimen abierto), que ahora representan el 14,31% del total.
¿Política penitenciaria «buenista» o falta de recursos?
Los sindicatos penitenciarios, como ACAIP-UGT, denuncian que esta situación se debe a la «política buenista» de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior. Según su análisis, esta política, «pensada más en la estadística que en la realidad», ha llevado a una reducción de los internos en primer grado (régimen de vida aplicado a presos conflictivos y especialmente violentos) en casi un 50% desde 2019, mientras que se ha incrementado el número de terceros grados.
Esta política, argumentan, no se corresponde con la realidad de las cárceles, donde la conflictividad es cada vez mayor. La falta de una clasificación interior adecuada que tenga en cuenta la peligrosidad de los internos, ha generado un ambiente de tensión e inseguridad en los centros penitenciarios.
Los sindicatos también denuncian la presencia de presos conflictivos en módulos de régimen de vida ordinario, lo que genera conflictos y agresiones tanto a otros internos como a los propios trabajadores.
La necesidad de un cambio urgente
La situación actual en las cárceles españolas es insostenible. Es necesario un cambio urgente en la política penitenciaria que priorice la seguridad tanto de los trabajadores como de los propios internos.
Entre las medidas que se proponen destacan:
- Revisión de la clasificación interior de los presos, asegurando que los más conflictivos se encuentren en los módulos correspondientes.
- Aumento de la plantilla de trabajadores penitenciarios, que se encuentran desbordados por la situación.
- Mejora de las condiciones laborales de los trabajadores penitenciarios, incluyendo formación específica para afrontar situaciones de violencia.
- Implementación de programas de rehabilitación y reinserción social para los internos, con el objetivo de reducir la reincidencia delictiva.
Es fundamental abordar esta problemática de forma integral, con el objetivo de garantizar la seguridad en las cárceles y ofrecer una segunda oportunidad a aquellos que han delinquido.