La tradición de servir el café en tazas que vienen acompañadas de un plato tiene raíces tanto prácticas como históricas. Este ritual, que persiste en la actualidad, tiene su fundamento en varias razones que van más allá de la mera estética o la costumbre, y hoy venimos a contártelas todas, aunque hay una que destaca por encima del resto.
4Impacto sensorial y cultural
Algunas investigaciones han señalado que el material y el color del plato pueden influir en la percepción del sabor del café. Un estudio ha demostrado que el café servido en tazas blancas es percibido como de sabor más intenso comparado con tazas de otros colores. Esta percepción sensorial añade otra capa de importancia al uso del plato, ya que el conjunto (taza y plato) puede afectar la experiencia total del consumo del café.
En diferentes culturas y regiones, el uso del plato puede tener particularidades únicas. Por ejemplo, en algunas partes de Europa, es común utilizar platos de porcelana finamente decorados que hacen parte de un ritual de café más formal y ceremonioso. En contraste, en algunas regiones de América Latina, aunque el conjunto de taza y plato es también común, puede que no se dé tanta importancia a los detalles decorativos, sino más bien a la funcionalidad.