La tradición de servir el café en tazas que vienen acompañadas de un plato tiene raíces tanto prácticas como históricas. Este ritual, que persiste en la actualidad, tiene su fundamento en varias razones que van más allá de la mera estética o la costumbre, y hoy venimos a contártelas todas, aunque hay una que destaca por encima del resto.
2Función práctica
El plato que acompaña a la taza de café no solo es un adorno accesorio, sino que cumple una serie de funciones prácticas:
- Prevención de derrames: Sirve para recoger cualquier gota o derrame que pueda ocurrir mientras se vierte o se transporta la taza. Esto es especialmente útil en entornos donde el derrame de líquido puede causar manchas o daños.
- Estabilidad: Ofrece una base más amplia y estable para la taza, asegurando que no se vuelque fácilmente. Esta estabilidad es crucial en ambientes donde la mesa puede estar en movimiento, como en trenes o aviones.
- Conveniencia: Facilita el transporte de la taza caliente, ya que se puede sostener el plato sin necesidad de tocar directamente la taza y evitar quemaduras. Además, el plato puede ser usado para colocar la cuchara, azúcar, o incluso una pequeña porción de algún acompañamiento como una galleta o un trozo de chocolate.