Las ovejas nos brindan su majestuosa lana, esa que tanto nos abriga en invierno para combatir el frío. Las mismas son criadas en grandes campos, en donde se alimentan de césped, hierba y algunos vegetales. Ahora bien, así como en Australia puedes toparte en cualquier momento con un canguro, en Islandia pasa exactamente lo mismo pero con este animal tan inofensivo.
Es que este país nórdico cuenta con una cantidad de ovejas que dobla el número de habitantes humanos, con un total aproximado de 600.000 animales que viven sin molestar a nadie. Aunque no lo parezca, el territorio es bastante pequeño si se los compara con otros gigantes del norte como Suecia, Noruega e Inglaterra, pero también cuenta con grandes zonas frías que están bastante desoladas.
Las ovejas son más que respetadas en Islandia
Gracias a esto es que puedes observar ovejas en las carreteras, colinas y hasta las inmediaciones de las ciudades más habitadas. Las mismas son de raza pura y está sumamente prohibido que tengan crías con otras que no lo sean, con el fin de preservar la especie. Por esto es que también se prohíbe la importación de este animal, ya que sucedió en el pasado y eso trajo muchas enfermedades en ellos.
Por otro lado, se sabe que Islandia es un país bastante frío, por lo que la oveja de este país es más resistente a las bajas temperatura. Además es más que protegida por las autoridades de su país, dado que ya son habitantes muy respetados del lugar. En caso de que alguien dañe o lastime a este noble animal, puede sufrir severas condenas por parte de la justicia islandesa.
¿Cómo se dio esta súper población de ovejas en Islandia?
Según dictan los registros históricos, las ovejas islandesas llegaron a la isla entre los siglo IX y X para formar parte de los recién constituidos asentamientos vikingos. Son una de las razas más comunes en Europa, dado que este tipo de animal de cola corta del norte de Europa era la dominante en Escandinavia y las islas británicas allá a principios del siglo pasado, que lograron sobrevivir pese a todo.
De todos modos, desde la década del ochenta su población poco a poco va decayendo. Según datos oficiales, en aquellos tiempos las cabezas de ganado ovino en la temporada de invierno superaban los 800.000 ejemplares. Ahora, pese a ser más que los seres humanos, llegan a casi 600 mil en total, lo que supone una reducción de casi la mitad de su población. La caza ilegal y un descuido general en su crianza son los principales factores de todo esto.