En 1983, uno de los eventos más insólitos y controvertidos de la historia de los videojuegos tuvo lugar en el desierto de Nuevo México. Este evento, conocido como el entierro de videojuegos de Atari, ha pasado a ser un símbolo tanto de la decadencia de una era dorada de los videojuegos como de las lecciones aprendidas por la industria. La historia involucra millones de cartuchos no vendidos y la desastrosa recepción del juego «E.T. the Extra-Terrestrial», que se ha convertido en una leyenda urbana verificada.
2Enterrar videojuegos para enterrar el pasado
En 1983, Atari estaba luchando con un exceso de inventario, no solo de «E.T.» sino también de otros títulos que no lograron venderse. La empresa había producido muchos más cartuchos de los que podía vender, anticipando una demanda que nunca se materializó. En un intento desesperado por deshacerse de este exceso, Atari decidió deshacerse de las copias no vendidas de manera drástica: enterrándolas en un vertedero del desierto de Nuevo México.
El 26 de septiembre de 1983, camiones cargados con cartuchos de juegos, consolas y otros productos de Atari llegaron a un vertedero en las afueras de Alamogordo, Nuevo México. Bajo el manto de la noche y con una capa de cemento para sellar su destino, millones de cartuchos fueron enterrados. La operación fue supervisada y documentada, pero pronto se convirtió en objeto de rumores y leyendas urbanas. Hoy en día, cartuchos como estos valen un auténtico dineral en determinadas condiciones y en determinadas plataformas de venta, como Ebay.