En 1983, uno de los eventos más insólitos y controvertidos de la historia de los videojuegos tuvo lugar en el desierto de Nuevo México. Este evento, conocido como el entierro de videojuegos de Atari, ha pasado a ser un símbolo tanto de la decadencia de una era dorada de los videojuegos como de las lecciones aprendidas por la industria. La historia involucra millones de cartuchos no vendidos y la desastrosa recepción del juego «E.T. the Extra-Terrestrial», que se ha convertido en una leyenda urbana verificada.
1La edad de oro y la caída de Atari
A principios de los años 80, Atari era un titán en la industria de los videojuegos. Con éxitos como «Pong» y «Asteroids», la compañía había ayudado a cimentar el videojuego como una forma legítima de entretenimiento. Sin embargo, el éxito también trajo consigo una serie de decisiones empresariales imprudentes. Entre ellas, la más notable fue la apresurada creación del videojuego «E.T. the Extra-Terrestrial».
«E.T.» se basa en la exitosa película de Steven Spielberg del mismo nombre, y Atari tenía grandes esperanzas puestas en su lanzamiento para la temporada navideña de 1982. Sin embargo, debido a la prisa por lanzarlo, el juego fue desarrollado en solo cinco semanas, un tiempo extremadamente corto para la producción de un videojuego de calidad. El resultado fue un juego defectuoso, con una jugabilidad confusa y gráficos mediocres incluso para los estándares de la época.
La recepción crítica y comercial del juego fue desastrosa. Los jugadores se frustraban rápidamente con la dificultad del juego y la falta de un objetivo claro. Como resultado, «E.T.» se convirtió en sinónimo de fracaso en la industria, y Atari se encontró con millones de copias no vendidas.