Viajar y encontrarse con rincones asombrosos de nuestro planeta sigue siendo uno de los placeres mejor valorados por los seres humanos. Al propio descubrimiento de nuevos paisajes, se une la enriquecedora experiencia de hacer nuestras interesantes culturas, formas de vidas dispares y el sólido fluir de la historia. Pilares fundamentales para nuestro desarrollo vital, porque como diría el escritor francés Émile Zola: “Nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar”.
Y uno de los lugares preferidos por aquellos con ansias de conocimiento y absoluta necesidad por desempolvar las raíces más auténticas del ser humano, es Grecia. Solo su capital, Atenas, ya conforma un conjunto monumental de inigualable belleza y, también, de valiosa esencia histórica y cultural. Entre todas las joyas que todavía conserva nos encontramos con la Acrópolis, lugar privilegiado en el que se fusiona la historia, la cultura y la mitología, y donde podemos ver el Templo del Erecteion, del que te vamos a hablar en este post. Pero antes vamos a conocer un poco más sobre la Acrópolis y todo lo que ofrece.
Visitando la Acrópolis y su museo
La Acrópolis de Atenas es el espacio más importante de la ciudad y el punto turístico más significativo. Se trata de un recinto arqueológico en el que se hallan los monumentos y edificios más relevantes de la gloriosa cultura griega de antaño.
Su propio nombre, Acrópolis, significa “ciudad alta”, de ahí que se encuentre ubicada en una colina a 156 metros sobre el nivel del mar. El lugar que ocupó esta impresionante ciudad, ya fue habitado durante el periodo neolítico, por lo que su historia se inició alrededor del año 3000 a. C.
La función de la Acrópolis era doble: proteger a sus habitantes y, al mismo tiempo, ser sede principal de culto. Precisamente por ello, en el siglo VIII a. C., todo el recinto fue dedicado a la diosa Atenea Polias, protectora de la sabiduría y la estrategia militar.
Durante los siglos siguientes, la Acrópolis fue creciendo en edificaciones de las que, por desgracia, no queda ninguna, debido a las distintas invasiones y guerras que fueron sucediendo. Durante el periodo clásico, entre el 479 y el 447 a. C. es cuando se erigen los monumentos que hoy podemos visitar.
Las visitas más significativas de la Acrópolis
- Partenón. Es el más representativo y se encuentra en la cúspide de la colina. Está dedicado a la diosa de la ciudad: Atenea. Construido con mármol pentélico, cuenta con un total de 46 columnas de estilo dórico.
- Erecteion. Se trata de uno de los templos más importantes de la Acrópolis y de los más visitados. Fue construido durante la época clásica en honor al dios del mar, Poseidón, y a la diosa protectora de Atenas, Atenea. Lo más valioso son sus famosas Cariátides.
- Templo de Atenea Niké. Se construyó como símbolo de victoria contra los persas, en la batalla de Salamina.
- Propileos. Se conoce como propileo a una entrada monumental, con columnas, que da paso a un recinto de interior. En la Acrópolis encontramos varios que son los que dan acceso a la cima sagrada.
- Teatro de Dionisio. Era el teatro más grande e importante de la antigua Grecia, ya que tenía una capacidad para 17 000 espectadores. Fue erigido en honor al dios Dionisio, protector del vino y la cultura.
- Templo de Asclepio. Se construyó para honrar al dios de la medicina y, por lo tanto, se utilizaban para la sanación de sus visitantes. Evidentemente, una sanación por medio de la actuación de los dioses.
Aunque de todos ellos, las Cariátides son uno de los elementos más destacados e interesantes de la Acrópolis, hay mucho más que descubrir. Como ya hemos visto, existen recintos fabulosos que no debemos dejar de visitar y que conforman la conocida como roca sagrada. Para que puedas disfrutarlos con el interés que merecen, te recomendamos encarecidamente participar en el Tour de la Acrópolis de Atenas. Cuenta con guías expertos oficiales de habla castellana, y es la oportunidad perfecta para sumergirte en la historia y belleza de este lugar único.
Las Cariátides del Erecteion
Las Cariátides son uno de los elementos más significativos de la Acrópolis. Estas figuras femeninas que podemos disfrutar en el Templo del Erecteion son una réplica de las auténticas que fueron rescatadas con el fin de garantizar su conservación. La mayoría se pueden visitar en el Museo de la Acrópolis, aunque una de ellas cruzó las fronteras para ser exhibida en el Museo Británico de Londres.
Se trata de una serie de esculturas, en forma de pilar, que representan a seis mujeres que soportan sobre su cabeza una cornisa, y tienen una altura de 2,3 metros.
Las Cariátides cuentan con una interesante historia que se mueve entre la realidad y la leyenda. Al parecer, la antigua ciudad de Caria, en el Peloponeso, se alió con los persas durante las Guerras Médicas para intentar vencer al ejército griego. Al no lograr la victoria, la ciudad fue arrasada. Tras la muerte de los hombres, las mujeres se tomaron como esclavas, y, como castigo, se les obligó a acarrear grandes cargas de peso. Es así como las Cariátides recuerdan aquella condena que supuso una victoria para los griegos.
El secreto oculto bajo el pórtico de las Cariátides
Más allá del peso de la historia que soportan las Cariátides, el Templo de Erecteion también nos ofrece unas cuantas leyendas y secretos que consiguen alimentar la curiosidad de los visitantes. Al parecer, aquí se encuentra la tumba del que fuera el primer rey de la ciudad de Atenas hace 5000 años, conocido como Cécrope o Erecteo, y al que se le dedicó este templo.
Pero la historia de Erecteo es mucho más interesante y, por supuesto, está rodeado de un halo mítico que es necesario conocer, especialmente porque se considera el primer ser autóctono de Grecia, ya que es hijo de la diosa Gea, y posee una característica física muy especial: ser mitad hombre y mitad serpiente.
Según la mitología, Atenea acudió a Hefesto, dios del fuego y la forja, para solicitarle algunas armas. Este, al verla, pronto se enamoró de ella, y la persiguió para hacerla suya. Una vez la alcanzó, intentó poseerla. Atenea, que era virgen, pudo esquivar el ataque, aunque en pleno fragor, Hefesto eyaculó sobre la pierna de la joven. La diosa se limpió con un trozo de lana y lo lanzó a la tierra. De aquel tejido, y con la ayuda de la diosa Gea, brotó Erecteo.
Atenea lo cuidó a escondidas para hacerlo inmortal y lo entregó a Pándroso, hija de Cécrope, para que lo cuidara, con la condición de que siempre estuviera tapado. Las hermanas de Pándroso, abrieron el cesto para descubrir que el niño se encontraba enroscado por una serpiente. Las mujeres enloquecieron y se arrojaron a la muerte. Atenea cuidó a la extraña criatura en el templo que hoy lleva su nombre, y tras expulsar a Anfictión consiguió llegar a ser rey.
Como has podido descubrir, cada monumento, cada templo y cada rincón de la capital de Grecia tiene una historia fascinante que es necesario conocer. Solo así se consigue enriquecer una visita que va mucho más allá de la mera contemplación. Si buscas conocer cada secreto, todas las curiosidades y las mejores historias mitológicas, no dudes en apuntarte a un Free Tour de Atenas. Todos se realizan en español. ¡Seguro que te sorprenderán y te encantarán!