60 años ardiendo, parece una película de ficción; sin embargo, en las montañas boscosas del noreste de Pensilvania, se encuentra un pueblo que ha sido consumido por las llamas durante más de 60 años.
Una ciudad, que alguna vez fue una próspera comunidad minera, ahora es un páramo apocalíptico conocido como la “ciudad infierno”. Un incendio subterráneo, iniciado en 1962, ha estado ardiendo sin cesar bajo la superficie, liberando gases tóxicos y hundiendo el suelo.
8Estas son las lecciones aprendidas de la ciudad infierno
La historia de Centralia nos enseña sobre la importancia de la planificación urbana y la gestión ambiental responsable, la negligencia en la gestión del vertedero de basura desencadenó una catástrofe que ha tenido un impacto devastador en la comunidad.
La tragedia de Centralia también nos recuerda la fuerza de la comunidad y la resiliencia del ser humano, a pesar de las dificultades, algunos residentes se han negado a abandonar su hogar, luchando por preservar su identidad y su forma de vida.
Centralia se ha convertido en un símbolo de la lucha entre el progreso y la conservación, la industria del carbón trajo prosperidad a la región, pero también destruyó su entorno natural y su comunidad.
