Lugares extraños si los hay es Setenil de las Bodegas, un pueblo dentro de Sevilla que cuenta con una gran particularidad: Está literalmente debajo de una gran cantidad de rocas. Sin embargo, esto no está dicho ni como algo negativo o malo, sino todo lo contrario: Conforma un pasaje único, en donde los visitantes quedan asombrados por cómo la naturaleza le hizo un regalo al hombre.
Los principales detalles es que las casas se hacen espacio entre las cornisas rocosas y el municipio se dispone en mitad de un laberinto de piedra y cal; un reducto urbano resultado de la geología y de una arquitectura imponente. Aparece en medio de un gran cañón, las cuales crecieron hace más de 5000 años según los estudios científicos que se hicieron al respecto.
La belleza de Setenil de las Bodegas te dejará enamorado
Por otro lado, Setenil de las Bodegas fue un antiguo pueblo de origen nazarí, el cual todavía conserva la fortaleza medieval construida en los siglos XIV y XV, en la que destacan la torre del Homenaje y el aljibe. Varios años más tarde, el pueblo fue conquistado por los cristianos, quienes le fueron dando su impronta con hermosas iglesias y varios guiños a la religión católica que pueden verse por sus calles.
Ahora bien, ¿Qué se puede hacer en este lugar tan precioso y concurrido? Pese a ser pequeño y tener una población escasa, atrae a miles de visitantes cada año por sus hermosos rincones. En las calles del lugar están las Cuevas del Sol y la Jabonería, aparece el mirador del Carmen, desde donde podrás observar cosas como la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, la cual data desde el siglo XVIII.
Otras atracciones que podrás disfrutar en Setenil de las Bodegas
El casco histórico de Setenil de las Bodegas tiene un encanto único, en donde podrás observar cosas maravillosas tales como la casa de La damita de Setenil, toda una atracción. Esta es una pequeña venus encontrada durante los trabajos arqueológicos realizados en el municipio, y que ya se ha convertido en todo un símbolo del lugar, en donde la gran mayoría se toma fotos.
Llega la hora de comer luego de una larga caminata, en donde el bar La Escueva es tan típico que sería un pecado que no pares en él. Su carta de tapas es variada y las vistas de la terraza acompañan, en donde el plato de tomates con melva es una de las grandes especialidades de la casa. Una aventura que te espera ansioso para tu fin de semana de descanso.