Si estás buscando pasar un fin de semana diferente en familia, en Rupit vas a encontrar un montón de atracciones sumamente placenteras e interesantes. Para empezar vamos a decir que se encuentra dentro de la provincia de Barcelona; un territorio que a su vez es de los más concurridos de Europa. Pero en este pueblo es todo lo contrario a una aglomeración de personas: Poca concurrencia, mucha tranquilidad y unos paisajes que parecen ser sacados de un cuento.
Es que tiene rasgos medievales dignos de la edad media, un trabajo que todavía sigue en pie gracias a todo el cuidado que le prestó el Ayuntamiento. Ahora bien, ¿Qué se puede hacer aquí adentro? Desde comer cosas deliciosas, observar monumentos históricos y admirar árboles; Rupit te encantará ni bien pongas un pie dentro suyo. A continuación te mostraremos cada rincón.
Rupit te espera con los brazos bien abiertos
Si bien se lo conoce como pueblo, en realidad se trata de un municipio que responde al nombre de Rupit y Pruit, que se encuentra a 845 metros de altitud en plena Sierra de Cabrera. Al lugar se accede por un camino de montaña en muy buen estado, pero que cuenta con algunos tramos plagados de curvas, por lo que conviene conducir a una baja velocidad para preservar el cuidado de los ocupantes.
Como decíamos anteriormente, dentro del sitio hay varias cosas por hacer. En primer lugar se recomienda recorrer calles y casas hechas en piedra, muchas de ellas con hasta cinco siglos de antigüedad pero altamente preservadas. Luego las iglesias románicas de San Miguel o San Lorenzo Dosmunts son lugares muy concurridos por el turista, en donde sus altas columnas llaman la atención de propios y extraños.
Luego de caminar, Rupit ofrece una gastronomía deliciosa
Los paisajes naturales de la zona son preciosos, rodeados de grandes rutas de senderismo. Una de las excursiones más recomendables es la de Salt de Sallent, que se trata de una cascada de unos 100 metros de altura ubicada a la entrada de un valle bastante pintoresco. Se llega por una ruta de baja dificultad y una duración que va entre los 40 y 60 minutos, dependiendo de la velocidad en la que camines.
¿Creíste que nos olvidamos de la comida? Nada de eso: Si bien quedan lugares por recorrer, probablemente después de este trayecto se te abra el apetito, y para eso está el Mirador del Pont, bar del Menjars. Está a lo alto de una montaña y a sus pies, una hermosa vista. Desde platos autóctonos hasta un menú convencional te dejarán con la barriga bien contenta. Por su parte Can Sallent está dentro de su casco histórico, teniendo varias décadas de vida alimentando a todos sus visitantes.