No está al alcance de cualquiera, pero viajar en Jets privados es cada vez más frecuentes en todas partes del mundo. A diferencia de una aerolínea, este transporte tiene un dueño fuera de toda empresa o el estado, en el cual se puede mover libremente: Cuando, donde y como quiera. Ahora bien, hay un daño colateral que pocos están teniendo en cuenta: La contaminación al planeta.
En ese marco, podemos observar que solo en 2022 se hicieron más de 500.000 viajes en jets privados dentro del territorio europeo, siendo el medio de transporte elegido por celebridades, deportistas de elite, multimillonarios y empresarios; entre otros. La idea madre de todo esto es evitar pasar por el ‘tormento’ de pasar por aeropuertos o incluso, montarse a un coche y hacer la distancia en ese lugar.
Los jets privados, una cuestión de estado para los ambientalistas
Los ambientalistas se manifestaron en contra de este modo de viajar, dado que la gran contaminación que produce es nociva para la tierra. Esto abre un paradigma y abanico interesante: Usualmente se culpa a las personas que día a día utilizan coches, motocicletas o micros para movilizarse, pero realmente pocos señalan a esta gente adinerada que vuela bastante seguido por los cielos, sin medir demasiado las consecuencias.
Aunque se desconocía que este medio de transporte produce contaminación ambiental como cualquier y, debido al incremento de viajes, la reacción de los socios ambientalistas fue inmediata. Según la organización Transporte y ambiente, una hora de vuelo puede generar dos toneladas de dióxido de carbono (CO2), mientras que una persona en Europa emite esa misma cantidad en tres meses.
Tomar conciencia con los jets privados es vital
Hay que tener en cuenta que los jets privados son 14 veces más contaminantes que los aviones comerciales y 50 veces más que los trenes. La emisión de dióxido de carbono de este transporte representa un 2% de las emisiones globales. Aunque implica una pequeña parte de la contaminación mundial, los sectores socio ambientales apuntan a la enorme desigualdad que hay entre el impacto ambiental de un multimillonario y el de una persona promedio.
Por su parte, las clases altas serían una fuente mayor de contaminación que aquellas con menos recursos. Diversas organizaciones indican que a una persona en situación de pobreza le tomaría ¡1500 años! generar las mismas emisiones que el 1% del más rico del mundo. Además, si estas se distribuyeran por igual, el Congo debería multiplicar por 10 sus niveles de emisión, mientras que los europeos y estadounidenses deberían baja las suyas entre un 40% y un 70%.