La expectación de Eurovisión 2024 se vio ensombrecida a tan solo 25 minutos del inicio de la gala final. Seis países, entre ellos Suiza, se encontraban al borde de abandonar el concurso en señal de protesta por dos grandes polémicas que sacudían la 68ª edición del festival: la controvertida participación de Israel y la inesperada expulsión del representante holandés.
La participación de Israel había generado un intenso debate debido a diversas cuestiones políticas y sociales, lo que llevó a algunos países a plantearse la retirada en desacuerdo con su presencia en el certamen. Por otro lado, la sorprendente expulsión del representante de Países Bajos había generado desconcierto y malestar entre los participantes y seguidores del concurso.
La tensión en el ambiente era palpable mientras los organizadores intentaban contener la situación y evitar una crisis sin precedentes en la historia de Eurovisión. Sin embargo, la incertidumbre persistía hasta pocos minutos antes del comienzo de la gala, cuando finalmente se logró calmar los ánimos y garantizar la continuidad del evento.
2Preocupaciones en Eurovisión: Una voz contra la politización
La ausencia de intervención por parte de la UER respecto a la participación de Israel, a diferencia de la medida tomada con Rusia, ha generado un profundo malestar. Esta discrepancia se fundamenta en la devastadora ofensiva israelí en Gaza, que ha cobrado la vida de más de 34.000 personas, en su mayoría civiles. Además, ciertos comportamientos de la delegación israelí han exacerbado las tensiones, creando un clima de violencia innecesaria.
«Compartíamos la convicción de no querer ser utilizados como peones en la maquinaria propagandística de guerra en Israel», declara el guitarrista. La participación en Eurovisión se concibió como una oportunidad para crear un espacio donde la música fuese el vínculo, no la política que divide y genera odio entre las naciones.
