Cualquier empresa de reformas en Madrid tiene más trabajo del que puede abarcar. De hecho, si pedimos presupuesto y le damos el visto bueno, es posible que las obras no empiecen hasta después de unos meses. Ahora mismo, las reformas integrales son tendencia en la capital de España, ya que tienen una serie de beneficios que los propietarios aprecian más que nunca por los precios que están alcanzando los pisos.
Aumentan el valor de la propiedad
Las reformas de interiores en Madrid hacen que el valor de la propiedad crezca tanto a la hora de vender como a la de alquilar. Si los precios ya son altos, con una buena reforma integral interior, estos lo son aún más, de manera que es posible sacar un mayor beneficio en la venta o en el alquiler.
Que una propiedad recién reformada y con un interior actual se vende mejor que una vieja y que se nota añeja, como de los años 80, no es ningún secreto. Así, la reforma es rentable a largo plazo. Pese a que haya que invertir una buena cantidad en ella, el dinero se recupera con creces.
Se mejora la calidad de vida
No todas las reformas en Madrid se llevan a cabo para alquilar o vender, sino que en muchas ocasiones se realizan con el fin de mejorar la calidad de vida de los propietarios. Gracias a estos cambios, se diseñan espacios que se adaptan mejor a las necesidades actuales de los residentes, generando un ambiente más cómodo.
Madrid es una ciudad muy cara, por lo que es normal que los pisos no sean demasiado grandes. De este modo, en la reforma es posible rediseñar la distribución, aprovechando así cada metro cuadrado. Por ejemplo, aquí se pueden crear espacios abiertos que dan sensación de amplitud, eliminar paredes innecesarias, poner ventanas más grandes, etc.
Mayor eficiencia energética
Desde hace unos años se insiste mucho en la eficiencia energética. Se procede así por ecología, pero también es algo que ayuda a nuestro bolsillo, puesto que el precio de las energías es muy alto. Mediante la reforma integral se pueden cambiar las ventanas, poner aislantes en paredes y suelos, optar por una caldera más eficiente, colocar placas solares, etc.
El cambio que da un inmueble con estas intervenciones es brutal. Pasa a necesitar muy poca energía, con el ahorro que eso supone, además de que aumenta el confort térmico. Esto siempre hay que verlo como una inversión, la cual puede ser muy ventajosa. Además, hay una gran cantidad de ayudas para la mejora de la eficiencia energética, por lo que nos devolverán una parte de lo que gastemos en ella.
Ganamos salud
Durante muchos años, por desconocimiento, se han estado empleando materiales que no eran los más sanos a la hora de construir las viviendas. De este modo, en una reforma se puede aprovechar para quitar esos revestimientos que no generaban un ambiente sano, tuberías interiores de plomo, pinturas que son casi tóxicas, etc.
Aquí, lo mejor es decantarse por materiales naturales, que transpiren, pinturas antibacterianas, etc., todo destinado a que las personas que están en la vivienda disfruten de un ambiente saludable.