No es un número menor. Entre los problemas para los accionistas, los costos de los envíos y los malos pagos a los repartidores parece que los usuarios, que reciben un pedido cómodo y por un precio menor que en los modelos de reparto previo, son los únicos beneficiados del modelo de Glovo, Uber Eats, Door Dash o Deliveroo. Al menos esto es lo que dibujan los datos compartidos por el Financial Times que sostiene que las pérdidas acumuladas del sector ascienden hasta los 20.300 millones de euros.
No es un dato menor, y llega cuando las principales empresas del sector empiezan a dejar algunos países de África o América Latina, y de la que solo se «salva» Uber, que presenta los resultados en conjunto de su servicio de delivery y de transporte, las demás han presentado pérdidas los últimos 7 años y la primera mitad de 2024 apunta a resultados similares, que pueden obligar a Glovo y compañía a tomar algunas decisiones drásticas.
De hecho, Deliveroo, que no estaba dispuesta a lidiar con los gastos normales y la ley rider al mismo tiempo, ya ha dejado España, aunque sus mochilas aún se ven entre repartidores en las grandes ciudades. Recientemente, ‘la Repubblica’ de Italia también señalaba los problemas que tenía Glovo en su país, donde además la presencia de más competidores que en España les obligaba a competir más entre precios, y recordaba que las acciones de su casa matriz, Delivery Hero, habían caído en los últimos meses, lo que permitió la entrada de Uber dentro de los accionistas de la empresa alemana.
Pero de momento, y tratando de ignorar las críticas persistentes sobre el modelo, también parece que las empresas del sector intentan remar en la misma dirección. Apartando a Just Eat, que al contratar a sus repartidores enfrenta problemas y ventajas distintas dentro del mercado, las principales compañías del sector han repetido en el mes de abril que 2024 era un año para generar flujo de caja libre, lo que por lo que no se muestran tan nerviosos ante la crisis actual. Al mismo tiempo, no es bueno ignorar que la situación legal de estas empresas se ha transformado en todo el continente.
UN REGLAMENTO EUROPEO DE TRABAJO QUE CASTIGA EL USO DE REPARTIDORES AUTÓNOMOS
La situación de Glovo y compañía cambió radicalmente hace unos meses en todo el continente. El reglamento europeo de trabajo en plataformas digitales, aprobado en el mes de marzo, no deja de ser un problema nuevo para las empresas que por años pensaron que simplemente el trabajar con «falsos autónomos» era la estrategia necesaria para poder operar cómodamente en el viejo continente era la estrategia necesaria para afianzarse como empresa. El hecho de tener que pasar a un modelo de contratación, o de seguir discutiendo caso a caso, las denuncias que reciben de alguno de los trabajadores.
No es una decisión fácil, sobre todo si se calcula que el problema no se reduce a Europa. Estados Unidos empieza a poner exigencias de sueldos mínimos en varias ciudades, y África, en medio de su caos, empieza a ver con recelo el funcionamiento de estas aplicaciones en países donde ya en principio es complicado hacer que se cumpla cualquier ley y de dónde los han ido expulsando. El caso más reciente es el de Kenya, que no es el mercado más importante para Glovo, pero que tiene un valor simbólico dentro del mapa del continente.
Al mismo tiempo, al hablar con cualquier repartidor se entiende la decisión de tomar estas medidas. El depender de la facturación, el tener que operar con cuentas ilegales, o directamente afrontar, usar la aplicación a escondidas, incluso de las empresas para las que trabajan, son situaciones injustas de afrontar para cualquiera.
QUE VIENE AHORA PARA GLOVO, DELIVEROO, DOOR DASH Y DEMÁS EMPRESAS DEL SECTOR
En cualquier caso, la situación de las empresas de reparto es complicada de cara al futuro. Mientras apliquen cada vez más restricciones a su operatividad con «autónomos» será cada vez más común. Pero la situación es especialmente delicada en una Europa donde es evidente que cada vez habrá más restricciones de este tipo, sobre todo por qué para algunas facciones de la izquierda se ha hecho no solo necesario, sino también un punto de honor para presentar en campaña.
Se puede sumar que Just Eat, que tiene contratada directamente a su flota de repartidores, está pidiendo a los candidatos franceses al congreso europeo que se apliquen más sanciones para obligar las contrataciones. Al menos en Europa su futuro pasa por las elecciones europeas, y en esa situación es de esperar que veamos muchos movimientos tras esta semana.
