La enfermedad de Alzheimer, una de las formas más comunes de demencia, afecta a millones de personas en todo el mundo. Con el número de casos previstos para triplicarse para 2050, la búsqueda de estrategias preventivas es más urgente que nunca. Entre las diversas intervenciones, el consumo regular de aceite de oliva virgen extra (AOVE) se destaca como una medida prometedora para proteger el cerebro y prevenir esta devastadora enfermedad. A continuación, exploramos cómo este componente esencial de la dieta mediterránea puede ayudar a preservar la salud cognitiva.
1Los componentes clave del aceite de oliva virgen extra
El aceite de oliva virgen extra es una fuente rica de compuestos fenólicos, específicamente la oleuropeína (OLE) y el oleocantal (OLC). Estos fenoles, que representan el 2% del contenido del aceite, tienen propiedades únicas que afectan directamente la fisiopatología del Alzheimer.
La oleuropeína, responsable del sabor amargo del aceite, reduce la formación de placas de beta-amiloide y promueve la autofagia, el proceso de limpieza celular. Además, previene la agregación de la proteína tau, otra característica distintiva del Alzheimer. Por su parte, el oleocantal, que aporta un sabor ligeramente picante, disminuye la agregación de beta-amiloide y tau en oligómeros tóxicos y mejora la eliminación de beta-amiloide del cerebro.