El crecimiento del turismo balear expulsa a los vecinos y trabajadores de las islas

El domingo 10.000 personas salieron a la calle en Palma de Mallorca para protestar contra el turismo masivo. Es la cara B de un dato que el Gobierno de Pedro Sánchez y de las distintas autonomías, sin importar el color político, han presumido en los últimos años: El turismo no deja de crecer. El problema es que esto hace que no solo suba el ingreso que se genera en estas comunidades, sino que el precio de la vida, desde la vivienda a los datos del día a día de cualquiera de las ciudades que viven de los viajeros, terminan castigando a los residentes.

Es un problema que se ha hecho especialmente evidente en Ibiza, donde cada vez más hay trabajadores que precisamente viven en el resto de las Baleares, precisamente por qué la vivienda en la primera es inaccesible. Pero a medida que los viajeros, tanto de España como del exterior, han normalizado los viajes a Mallorca y que esta isla se ha convertido en un hub tecnológico con eventos como el TravelgateX, la vida en la isla también ha subido de precio, y la situación de los residentes históricos se ha ido complicando. 

Según datos de Fotocasa en promedio, Baleares, por encima de Madrid y Cataluña, es la comunidad autónoma en se gasta un mayor porcentaje del sueldo en la vivienda, cerca del 63% en 2023, y no hay ninguna indicación que reduzca los gastos en 2024, donde de hecho han aumentado los datos del turismo y aún no ha empezado oficialmente la temporada estival, por lo que es de esperar que la situación siga empeorando si no hay cambios. No ayuda tampoco que el turismo en las islas se haya disparado de la mano del crecimiento de los pisos turísticos. 

AIRBNB EN LA MIRA DEL CAOS DE LA VIVIENDA CON EL CRECIMIENTO DEL TURISMO

En total, entre Mallorca, (16.698),  Menorca, (3.312) e Ibiza (704), en las islas Baleares hay unos 20.714 pisos de oferta para uso turístico a través de Airbnb y aplicaciones similares, con el usuario incapacitado para ver si estos tienen la licencia turística aprobada a la hora de reservar. Los datos ya superan la cantidad de pisos de uso turístico que había en las islas previo a la pandemia, y aunque se han redoblado esfuerzos para evitar la oferta de pisos de uso turístico sin licencia, sigue siendo complicado controlar la situación, sobre todo cuando son de las comunidades que generan más interés de uso turístico. 

En esa situación, como ya ha ocurrido en Madrid o Barcelona, o si vemos más allá de la frontera española el caso de Nueva York, Airbnb ha quedado en la mira de las protestas. Es que si el problema que denuncian quienes protestan es principalmente el aumento del precio de la vivienda, tiene sentido que se apunte a estos alquileres de corta duración como uno de los principales motivos de la subida de precio, después de todo hay antecedentes a su sospecha. 

Pero también es una realidad que en un país tan dependiente del turismo como España es complicado eliminar del todo estas opciones. La situación pasa realmente por aplicar una regulación que permita el equilibrio entre el turismo y los residentes de las ciudades que reciben la mayor cantidad de viajeros, es un trabajo constante, pero la idea es ver una menor cantidad de videos de residentes obligados a abandonar sus hogares por el aumento en el precio del alquiler. 

MALLORCA EN PIE DE GUERRA POR LA VIVIENDA

En declaraciones a los medios de comunicación, los portavoces del Banc del Temps de Sencelles (Mallorca), colectivo organizador de la movilización, Javier Barbero y Carme Reynés, han explicado que el lema principal de las protestas es «el derecho a una vivienda digna» frente a una actual situación de «emergencia» en la que «cada vez más, es imposible plantearse el acceso a una vivienda, ya sea a través de una compra o de un alquiler» por los «precios abusivos» del mercado y el poder adquisitivo de la población media en Mallorca que «no les permite seguir planteando un proyecto de vida en la isla».

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Además, han continuado, esto tiene «bastante relación» con la masificación y la saturación turística porque «básicamente el sector económico» de esta isla, igual que el del resto de la comunidad autónoma, «está basado en el turismo de masas».

Así, han subrayado que aunque «durante mucho tiempo» pensaron que este «era un buen sector» que, además, les «daba trabajo», ahora se han dado cuenta de que es el mismo el que les «está expulsando de las Islas» porque, en su opinión, «ha puesto el foco en el sector inmobiliario» lo que «quiere decir viviendas vacacionales, legales e ilegales» y, también, «compra de vivienda por parte de extranjeros para especulación inmobiliaria».