Viajar a otro planeta es imposible para casi cualquier ser humano, pero en la Isla de Socotra puedes tener varias similitudes a la vida extraterrestre. Esto es así por varias razones: La extraña y peculiar forma de sus árboles, el suelo rocoso y un cielo que casi siempre es de color gris. A menos que trabajes en la NASA y tengas el privilegio de hacer una expedición, viajar a esta isla es casi una oportunidad única.
De todas formas, está en un sitio algo remoto del planeta: Pertenecen a Yemén, quien forma parte del sudeste asiático y no se destaca precisamente por el turismo. De igual forma, si lo que deseas es distanciarte de todo el bullicio de las grandes ciudades y justaste algo de dinero, puedes optar por volar a esta nación y aventurarte en esta expedición en la Isla de Socotra.
¿Que se puede hacer en la Isla de Socotra y sus alrededores?
Si bien pertenece a Asia, Yemén está al límite del continente africano, por lo que su clima es casi siempre cálido, mientras que su población combina hasta tres idiomas (árabe el más hablado). Consideradas las Galápagos del océano Índico, la Isla de Socotra aparece más cerca de África que de la península arábiga, siendo que además ven pasar de cerca una dura Guerra Civíl que se mantiene así hace 10 años.
Por ende, este lugar natural tan bonito no ofrece ni complejos hoteleros, ni restaurantes lujosos ni nada que se le parezca. La zona es más bien humilde, en donde sus 132 kilómetros de extensión tiene una población de casi 70 mil personas. Las mismas viven más que nada de la pesca y la construcción, ya que todavía es una zona bastante desolada. De todas formas y si te gustan los desafíos, puedes tomar un avión, montar allí una carpa y descansar en un territorio casi marciano.
La admiración del mundo con la Isla de Socotra
La Isla de Socotra posee un ecosistema único formado por unas 700 especies de flora y otras tantas de fauna que no existen en ningún otro lugar del planeta, por eso también se la conoce como un sitio extraterrestre. Además tiene la particularidad de que cientos de cabras se alimentan de la flores que crecen de su suelo, algo que amenaza duramente con esas especies vegetal.
Por todas estas singularidades, este sitio de Yemén fue declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, pero además recibe visitantes cada año, aunque no de forma masiva. Esto es por dos motivos: La mencionada zona desértica que la rodea, y también los problemas civiles que impiden hasta el ingreso de personas del extranjero al país. De todos modos, siempre que puedas se recomienda este sitio casi mágico.