En el mundo de las carreteras y la vigilancia del tráfico, los pórticos se han convertido en un elemento omnipresente y, en ocasiones, temido por los conductores. Estos imponentes estructuras metálicas, con sus paneles luminosos y cámaras de vigilancia, han despertado la curiosidad y el escrutinio de quienes transitan las vías. Sin embargo, no todos los pórticos albergan radares de la Dirección General de Tráfico (DGT), y es aquí donde entra en juego un truco sencillo pero efectivo que te ayudará a descubrir si te enfrentas a un dispositivo de control de velocidad o no.
5Conducir con tranquilidad y seguridad
Conocer la ubicación de los radares es completamente legal y, según muchos expertos, puede ayudar a conducir con más tranquilidad y seguridad, evitando frenazos bruscos que, paradójicamente, no sirven para eludir multas si te topas con un radar antifrenazos. La propia DGT publica y actualiza periódicamente la ubicación de todos sus radares fijos, móviles y de tramo, información que alimenta aplicaciones como Google Maps o Waze, cuyo uso es totalmente legal.
Al estar informados sobre la presencia de radares en determinadas zonas, los conductores pueden ajustar su velocidad con anticipación y de manera gradual, evitando así maniobras bruscas que puedan comprometer la seguridad en la carretera. Además, esta información les permite concentrarse en la conducción y mantener una actitud más relajada y atenta al tráfico.
