En el mundo de las carreteras y la vigilancia del tráfico, los pórticos se han convertido en un elemento omnipresente y, en ocasiones, temido por los conductores. Estos imponentes estructuras metálicas, con sus paneles luminosos y cámaras de vigilancia, han despertado la curiosidad y el escrutinio de quienes transitan las vías. Sin embargo, no todos los pórticos albergan radares de la Dirección General de Tráfico (DGT), y es aquí donde entra en juego un truco sencillo pero efectivo que te ayudará a descubrir si te enfrentas a un dispositivo de control de velocidad o no.
3El truco definitivo: Busca la escalera
Aunque respetar los límites de velocidad establecidos es la forma más segura de evitar multas, existe un truco sencillo para saber si un pórtico alberga realmente un radar o no. La clave está en fijarse en los pilares que sujetan la estructura: si tienen una escalera instalada, es muy probable que haya un radar operativo.
Estas escaleras son utilizadas por los equipos de mantenimiento de las carreteras para realizar las revisiones y reparaciones necesarias en los equipos de vigilancia de la DGT. Los radares deben someterse a verificaciones metrológicas periódicas que garanticen su correcto funcionamiento y cumplimiento de los márgenes de error establecidos. Si no se observa una escalera en los pilares, es muy probable que el pórtico no albergue un radar activo, sino que se trate de una de las tantas estructuras diseñadas para intimidar y disuadir a los conductores a través de la simple amenaza.