En el mundo de las carreteras y la vigilancia del tráfico, los pórticos se han convertido en un elemento omnipresente y, en ocasiones, temido por los conductores. Estos imponentes estructuras metálicas, con sus paneles luminosos y cámaras de vigilancia, han despertado la curiosidad y el escrutinio de quienes transitan las vías. Sin embargo, no todos los pórticos albergan radares de la Dirección General de Tráfico (DGT), y es aquí donde entra en juego un truco sencillo pero efectivo que te ayudará a descubrir si te enfrentas a un dispositivo de control de velocidad o no.
2El engaño y la amenaza: Estrategias de la DGT
En más de una ocasión, el propio director general de Tráfico, Pere Navarro, ha reconocido que hay más carteles que radares reales en las carreteras españolas. Algunas cajas colocadas en los pórticos no contienen ningún cinemómetro, pero se mantienen en el lateral de la calzada con un propósito específico: la amenaza es tan eficaz para que los conductores pisen el freno como la herramienta en sí misma.
Esta estrategia de engaño y amenaza ha sido ampliamente utilizada por la DGT como una medida disuasoria para reducir la velocidad en las carreteras. Al simular la presencia de un radar, estos pórticos vacíos logran que muchos conductores reduzcan su velocidad por precaución, contribuyendo así a mejorar la seguridad vial.