Decir cárcel puede ser sinónimo de mala alimentación, pero en países como Japón esto queda totalmente de lado. Antes de abocarnos en ellos, hay que aclarar dos cosas fundamentales: El país asiático es el más seguro del mundo, si se tiene en cuenta la baja tasa delictiva que año a año arrojan sus encuestas. Además, la isla tiene la mayor esperanza de vida de todo el globo (86 años), algo que indirectamente afecta a las prisiones, pero de ellos hablaremos después.
En cuanto a la comida que se les brinda a los japoneses en las penitenciarias, hay que decir que lejos está de esto ser algo malo: El gobierno les otorga un menú más que abundante, de gran calidad y sobre todas las cosas, con una higiene impresionante. Si bien estas condiciones hasta pueden ser obvias para el humano promedio, no es descabellado escuchar que los presos viven en condiciones deplorables, ¿De qué se trata?
No creerás lo que comen los presos en Japón en su día a día
Para empezar, cada mañana el personal de cocina se somete a estrictos controles por parte de las autoridades, en donde sus manos deben estar pulcras y sin dejos de suciedad. Esto se traslada de igual forma a los utensilios de cocina, siendo algo de vital importancia en Japón. Uno de los platos tradicionales empieza por una chuleta de cerdo frita, la cual tiene la misma consistencia y calidad que cualquier restaurante promedio del país.
La misma se rebosa y luego se fríe de manera individual, con unas rejillas por encima para que no se mezclen entre sí. Cuando quedan doradas y crujientes ya están listas, pero en paralelo también se prepara el arroz. El mismo se cocina a fuego lento con una salsa especial, para después ser mezclado con vegetales que le darán un sabor exquisito. El último paso es dejarlo en una cámara que lo mantendrá caliente, mientras se prepara el último bocado del plato principal.
Una comida de lujo en Japón que también es un problema
Con las chuletas bien doradas y el arroz ya listo, el último paso para el plato principal del mediodía es preparar los vegetales. Las cebollas previamente lavadas se cortan en trozos pequeños con una máquina, mientras que los rábanos se pican a mano. Para el cocinero es primordial no dejar el cuchillo sobre la tabla de picar, ya que de hacerlo afrontará duras consecuencias. Por último, el brócoli se hierve por separado para luego ser juntado con los demás vegetales, dando paso a un plato muy nutritivo.
Ya con todo esto solo queda servir, que los guardias de la penitenciaría controlen y los internos puedan comer. Esto de todos modos está siendo visto como un problema, ya que los ancianos cada vez cometen más delitos con el fin de ir a prisión y alimentarse con esta comida: La pensión o jubilación en Japón es muy baja, por lo que prefieren cada vez con más regularidad estar en la cárcel, pero vivir mejor.