Son pocos los artistas del mundo del pop que pueden presumir de ocupar el espacio de Billie Eilish. La cantautora estadounidense ha saltado a la fama gracias a una forma particular de componer que bebe con la misma facilidad del rock industrial de Nine Inch Nails, del Hip Hop pesado de los 90 que y de Madonna o Lady Gaga. Esta mezcla de influencias cruzada con la producción de su hermano, Finneas, hizo de su disco de 2019 ‘When we all fall Asleep, where do we go’ un éxito fuera del carril y aunque se suavizó su sonido, son influencias presentes en ‘Happier than ever’ de 2021.
Pero su nuevo disco, ‘Hit me hard and soft’ parece casi un reto, Billie, en buena parte del disco, haciendo un disco de pop «normal». Es una apuesta casi más arriesgada que seguir trabajando con los sonidos industriales de los dos primeros larga duración, pero que no debería ser tanta sorpresa. En público y en privado, ella ha mostrado su amor por sonidos menos oscuros, y se evidenció en ‘What was I made for’ de la banda sonora de ‘Barbie’, y parece que simplemente la artista quiere seguir esta línea.
No es que no haya rarezas. ‘Lunch’, la segunda canción del disco es quizás la canción más directa sobre sexo que ha hecho la compositora incluso si las guitarras son más juguetonas que amenazantes y ‘L’Amour de ma vie’ pasa de ser una canción de pop tradicional a un quiebre electrónico que recuerda al disco de Justice de este mismo año. Líricamente tampoco le huye a sus temas de siempre como ‘Skinny’ hablando de la complicada relación de una mujer en el ojo público con su cuerpo y ‘The Greatest‘ es uno de los acercamientos más interesantes al despecho posibles.
Pero también hay temas que, a falta de un mejor adjetivo, son mucho más pop que sus discos anteriores. ‘Birds of a feather’ no estaría fuera de lugar en un disco de Taylor Swift, aunque la producción de O’Connel es más interesante que la de Jack Antonoff, y ‘Wildflower’ es casi una balada country, que parece una versión propia de las canciones que ha hecho la propia Billie Eilish para el cine.
BILLIE EILISH SIGUE SIENDO CAPAZ DE JUGAR EN LA OSCURIDAD
De cualquier modo, no es como si la artista no mantuviese la capacidad de jugar con sonidos experimentales. Ese quiebre electrónico en ‘L’Amour de ma vie’ parece pensado para abrir la puerta a esos sonidos industriales con el último tercio del disco. ‘The Diner’ es una versión un poco más accesible de los sonidos de su disco de 2019 y ‘Bittersuite’ es una montaña rusa de sonidos electrónicos, y algunas influencias tropicales, que sabe como jugar con las emociones del oyente.
Mención aparte merece el cierre del disco. ‘Blue’ es un tratado sobre la tristeza que parece encontrar todas las influencias de la compositora en una sola canción, se suma que la producción es quizás lo más cercano a un disco de indie, dejando espacio a las guitarras y al bajo al principio de la canción y al piano y los violines al final. El juego de sonidos de la artista siempre la ha sentado aparte de sus «competidoras», pero en este tema además recuerda que quizás se trate de la mejor compositora musical de su generación.
De todos modos, incluso estas canciones están lejos de las profundidades de oscuridad a las que se asomaban temas como ‘Bury a friend’, ‘Bad guy’ o ‘All the good girls go to hell’. Es un cambio interesante, que tiene la ventaja de ser empujado más por la curiosidad artística de la compositora que por otro motivo. Billie Eilish está expandiendo su paleta de sonidos, y eso hace que sea todavía más necesario mantenerse alerta con sus proyectos.
BARCELONA RECIBE A BILLIE EN 2025
La artista ya ha anunciado una gira intencional para acompañar el nuevo lanzamiento. El trayecto la traerá a España el próximo año con dos conciertos en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Es además un cambio de estrategia que muestra su crecimiento desde 2020, cuando su único concierto planteado en el país era como parte del cartel del Mad Cool de ese año. Las dos fechas ya han vendido la mayoría de las entradas y se esperan que se agoten todas en las próximas semanas.
Es un paso interesante en su carrera, sobre todo porque las entradas se vendieron desde antes que saliera el disco. Ahora que ‘Hit me hard and soft’ está en la calle, y en streaming, hay más motivos para comprar las entradas y para ver la nueva etapa de la artista en tarima.